Posada la Vieya gana la batalla a la lluvia y sale a la calle por San José: "No nos vamos a rendir"

Ni el mal tiempo ni los cambios de planes impidieron que los vecinos mantuvieran la tradición: "Vivimos esta fiesta con mucha intensidad"

J. Quince

Posada de Llanes

No se dejaron intimidar por el mal tiempo. Los vecinos de Posada la Vieya celebraron sus fiestas en honor a San José en un sábado marcado por la lluvia, pero en el que la tradición se impuso sin titubeos. Antes incluso de que sonaran los primeros voladores, la carpa instalada en este barrio de la localidad llanisca ya se encontraba repleta de aldeanas y porruanos, resguardados del fuerte orbayu que, afuera, amenazaba con empañar la jornada. Pero no fue así.

"Vamos a salir, no nos vamos a rendir", aseguró Rubén Benito, de la Comisión de Festejos. La lluvia no iba a ser un obstáculo para la procesión de los ramos, uno de los momentos más importantes del rito festivo: "Esperaremos a que pare un poco y taparemos los panes con plástico para que no se mojen"; explicó el llanisco, destacando que era la primera vez que se recurría a esta solución.

La procesión de San José, ern Posada.

La procesión de San José, er Posada. / Julia Quince

Pasado el mediodía, con garbo y devoción, los lugareños tomaron las calles de Posada, luciendo con orgullo el clavel, flor del bando, en sus solapas y portando las tres ofrendas bien protegidas de las inclemencias del tiempo. Al son de gaitas y tambores, unos cuarenta músicos de la Banda de Gaites "Llacín" marcaron el paso de los llaniscos, ataviados con su vestimenta tradicional, y muchos de ellos con paraguas como complemento adicional.

Sin embargo, ello no consiguió restar colorido al tradicional desfile por la avenida principal de la localidad, ante la mirada de los vecinos y curiosos que se asomaban a las ventanas o se refugiaban bajo los toldos de los establecimientos.

Fiesta de San José en Posada.

Fiesta de San José en Posada. / J. Q.

"Estamos en marzo y son cosas que pasan. Lo malo es que no podemos hacer la misa fuera", lamentó Rocío Patiño. Aunque la comitiva logró salir airosa, en gran parte porque la lluvia dio cierta tregua, la ceremonia religiosa prevista como misa de campaña en la Vega el Palaciu tuvo que trasladarse a la iglesia parroquial.

Con todo, nada pudo empañar la ilusión de los vecinos de Posada la Vieya (la Posada tradicional, pues la que ahora se conoce como tal era La Vega de Bricia), que vivieron la jornada con la misma ilusión de siempre: "Es una tradición de muchos años, algo que vivimos con mucha intensidad desde que somos pequeños y así se lo trasladamos a nuestros hijos", apuntó Bárbara Álvarez.

Las aldeanas entraron al templo de Nuestra Señora de la Asunción elevando sus cánticos en honor al santo y haciendo sonar sus panderetas. La artista Marta Elola protagonizó un emotivo momento musical durante la misa, que culminó con el himno de Asturias. Al término, la procesión del santo emprendió el camino de regreso hasta la carpa habilitada en la Vega el Palaciu, esta vez sin lluvia que aguara el traslado. Allí actuó la Banda de Gaites "Llacín", se celebró la tradicional subasta de los panes (Luis Noriega se llevó el roscón mayor por 150 euros), seguida de los bailes regionales. Los integrantes del bando disfrutaron allí la de una comida campester.

Por la tarde, los más pequeños disfrutarían de actividades y juegos infantiles, antes de dar paso a una verbena amenizada por las orquestas "Tekila" y "Charleston Big Band", que pondrían el broche de oro a esta jornada de celebración.

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