Cerrado el Mirador del Fitu por "actos vandálicos que comprometen la seguridad de los usuarios"

El Mirador del Fitu ha quedado cerrado al público. La instalación, uno de los principales focos de atracción turística del oriente de Asturias, ha sufrido "actos vandálicos que comprometen la seguridad de los usuarios", lo que ha llevado a la Junta Administrativa de Cofiño, entidad gestora de la zona, a colocar una valla a la entrada del acceso al Mirador y un cartel en el que se indica que está prohibido el paso.

Los "actos vandálicos" a los que se refiere la Junta de Cofiño incluyen el derribo de parte de la barandilla de protección del acceso al Mirador del Fitu, daños en la propia atalaya y pintadas. Asimismo, se han registrado daños en el refugio situado en las inmediaciones, en la que los autores de los actos de vandalismo han conseguido entrar.

La Guardia Civil investiga lo ocurrido y trata de dar con los autores de los ataques. Este jueves, varias patrullas se acercaron hasta el alto del Fitu para comprobar que nadie se estaba saltando la prohibición. Sin embargo, decenas de visitantes han hecho caso omiso al cierre, han sorteado la valla y han accedido al Mirador.

El parragués José Luis Antuña, "Guerra", ayudaba ayer en el bar existente en lo alto del Fitu y señalaba que, en realidad, "toda la vida el acceso estuvo sin barandilla y nunca pasó nada".

"Guerra" añadió que quizá hace "más falta" una barandilla de protección en el acceso al refugio situado al otro lado de la carretera, ya que es más peligroso. De hecho, recordaba que hace tiempo una mujer cayó en ese acceso "y bajó rodando hasta la carretera".

El alto del Fitu, el área recreativa situada en las inmediaciones, los márgenes de la carretera y todos los apartaderos existentes en la zona se encontraban este domingo a rebosar de coches. Y el número de personas se contaba por cientos. El Mirador se ubica en la sierra del Sueve, que comparten los concejos de Parres, Caravia, Colunga, Piloña y Ribadesella.

Mientras que algunos visitantes hacían caso omiso del cartel de prohibido el paso, otros preferían respetarlo "por precaución", y en el caso de un matrimonio de turistas madrileños, porque viajaban con dos niños. "Es una lástima", comentaba la mujer, María Rosa Torres.