La mejor borona del Jueves Santo se elaboró en Parres y se degustó en Ribadesella

Tradición y sabor, dos conceptos clave que protagonizaron ayer la celebración de la sexta edición del Festival de la Borona de Ribadesella. La cita reunió a diez participantes que compitieron por presentar la mejor versión de este emblemático manjar asturiano, elaborado a base de harina de maíz y embutido.

El evento arrancó al mediodía con un pasacalles de la Banda de Gaitas local, que ofreció un recital junto a la Plaza Nueva para llenar de ambiente festivo una jornada multitudinaria. No faltó tampoco la gastronomía popular, con degustaciones gratuitas, cortesía de la Sociedad Etnográfica de Ribadesella: "En total hemos traído 450 chorizos a la sidra y doce cajas de sidra", detalló Estela Rosete, miembro de la entidad que colabora en la organización del festival junto al Ayuntamiento.

La misma asociación fue la encargada de montar una exposición sobre el proceso tradicional de la elaboración de la sidra, en homenaje a la reciente declaración de la cultura sidrera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: "Contamos con artilugios antiguos donados por Jacinto Vela, del Cabañón de Naves de Llanes", añadió Rosete.

El jurado, formado por Ana María Roza, Xandru Martino y José Antonio Somoano, lo tuvo difícil ante la alta calidad de las boronas presentadas. Valoraron aspectos como la presentación, textura de la masa, el relleno y el punto de cocción y finalmente otorgaron el primer premio, dotado con 300 euros a Felipe Llerandi, del pueblo de Bode. El parragués repite victoria nueve años después de ganar la primera edición del certamen.

El segundo premio fue para la Sociedad Etnográfica, ganadora del año pasado, que se llevó 200 euros. El tercer puesto, con 150 euros, fue para otro veterano del concurso, el también vecino de Parres, Jesús Pascual, quien ya había resultado vencedor en dos ocasiones anteriores.

Tras el fallo del jurado, los asistentes pudieron degustar gratuitamente las propuestas presentadas al concurso. La Plaza Nueva, abarrotada de gente, se convirtió en el epicentro de la villa durante unas horas: "Estamos muy contentos con el éxito del festival, tanto por la afluencia de público como por la colaboración de la Sociedad Etnográfica, con la que siempre contamos. Es una actividad más dentro de la Semana Santa de Ribadesella y hay muy buen ambiente", señaló el alcalde, Paulo García.

El festival coincidió además con el mercado de artesanos y productores locales instalado en la misma ubicación. La docena de expositores permanecerán abiertos hasta el domingo 20 en horario de 11:00 a 20:00 horas.