Los riosellanos claman contra "el mayor lastre de Ribadesella" por el cierre del puente cuatro meses para reformarlo

"No al cierre del puente de Ribadesella". El mensaje fue claro y unánime este domingo en la capital del concejo riosellano. Más de un millar de personas se concentraron para mostrar su rechazo al corte total al tráfico rodado previsto durante las obras de rehabilitación del paso sobre el río Sella, que el Ministerio de Transportes tiene previsto iniciar este otoño. A pie, en tractor o en camión, vecinos y visitantes protagonizaron una marcha cruzando el puente de ida y vuelta para reclamar una alternativa "real" que no altere su vida cotidiana "ni ponga en riesgo" su economía.

La actuación, aun sin fecha de inicio, contempla el corte del puente por el que pasa la carretera N-632 a su paso por Ribadesella durante aproximadamente cuatro meses. Aunque sí se mantendrá abierto al paso peatonal, los vehículos deberán buscar otra vía de paso a la otra orilla, en este caso por la autopista. Desde la Delegación del Gobierno -encabezada por la socialista riosellana Adriana Lastra- justifican la medida debido a "motivos técnicos", pero en Ribadesella esta argumentación ha causado un profundo malestar. Los vecinos insisten en que el concejo no puede quedar "partido en dos". Y es que el puente, con 85 años de antigüedad, es la única vía de acceso directo entre ambas orillas sin tener que dar un rodeo de más de 15 kilómetros.

La concentración, convocada este Domingo de Resurrección por los dos partidos que conforman el gobierno municipal, PP y Foro, logró una participación masiva, pacífica y profundamente reivindicativa por parte de los vecinos: "Por encima de las siglas políticas están los derechos de los riosellanos, y por eso estamos aquí, para exigir un paso alternativo durante esas quince semanas que nos quieren imponer", declaró el alcalde Paulo García. Además de los riosellanos, a la protesta se sumaron vecinos de la comarca de todas las edades, que estuvieron arropados por representantes políticos de Ribadesella y de otros municipios como Cangas de Onís, Llanes, Colunga, Caravia, Amieva o Peñamellera Baja.

También asistieron diputados autonómicos del Partido Popular y su presidente, Álvaro Queipo, quien acusó al Gobierno central de "someter" al concejo al cierre del paso entre las dos orilla. Según su punto de vista esta situación es evitable: "Habilitar una alternativa al tráfico rodado sería perfectamente posible desde el punto de vista técnico, como ocurre en tantos lugares del mundo cuando se repara un puente", aseguró, frente a la positura la negativa de la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, que este domingo volvió a reiterar que "no hay alternativa" posible al cierre.

Los manifestantes cortaron el puente portando pancartas que hablaban por sí solas: "El mayor lastre de Ribadesella", "Puente nuevo o nada", "Atención puente conflictivo. Extreme la precaución", o "No nos creemos que lo que nos propones sea la única alternativa posible en 2025", ésta última una alusión directa a Adriana Lastra.

La teniente de alcalde, María José Bode, de Foro Asturias, destacó la preocupación de los vecinos, que se ha puesto de manifiesto tanto en esta jornada como a lo largo de las semanas previas, desde que se conoció la noticia de los plantes ministeriales para la obra. "Cada vez que hablábamos con los vecinos por la calle nos manifestaban su desacuerdo", afirmó. "No es solamente cosa de los partidos que en este momento están gobernando en Ribadesella, sino que es algo que va a afectar a todos los riosellanos, y tenemos que ser muy conscientes de ello", insistió

A lo largo del recorrido, los vecinos expresaron su preocupación e indignación por el impacto que tendrá este cierre en su vida diaria: "Es una vergüenza lo que están haciendo y no estamos de acuerdo. Hoy en día, con la tecnología que hay, ¿cómo no se va a poder hacer la obra sin cortar el puente quince semanas? Además, van a acabar siendo más", denunció Armando Basilio.

"Había que venir a apoyar a los comerciantes y hosteleros de Ribadesella. Necesitamos un puente nuevo y seguro que hay alternativas", añadió Kati Llano. El corte del puente la separá de su madre, con la que come todos los días: "Yo vivo en la parte nueva y mi madre, que está mayor, en la otra orilla. No podemos hacer todos los días tantos kilómetros", protestó.

La manifestación también sirvió como altavoz para denunciar el retraso acumulado de unos trabajos que llevan dos años pendientes. Algunos vecinos pusieron el foco en el ahorro del presupuesto en un proyecto que cuenta con 7,5 millones de euros: "Mi mujer se tiene que desplazar en silla o en coche porque vivimos en la parte de la playa. Si nos lo cortan va a ser un trastorno porque tendremos que dar una vuelta enorme todos los días. Si lo hacen así es que no deben querer gastar más dinero de la cuenta", lamentó Manuel Riales.

Los vecinos presentes en la protesta aseguran que, debido al corte para hacer un nuevo puente, la economía local va "a resentirse". Y eso, sin contar, aseguran, con el impacto que tendrá en los servicios básicos: "Se deja a Ribadesella desamparada, en dos orillas totalmente incomunicadas. El perjuicio es evidente para la gente mayor, los que necesitan utilizar el coche para su trabajo diario, el centro de salud, los veterinarios...", añadió Amparo Scola, presente en la protesta. "Todos sabemos lo que supone una obra, pero no es lógico lo que está pasando. Es un tema político".

Para otros, el problema no está solo en los efectos de la obra. También en el proyecto mismo, "en la falta de ambición" de un proyecto que pretende reforzar unas pilastras que están "muy desgastadas" por el paso del tiempo: "Si hacen una chapuza va a quedar una chapuza eternamente y Ribadesella se merece un puente acorde con lo que es", señaló Roberto Gómez.

El líder del PP de Asturias, Álvaro Queipo, fue aún más contundente. Calificó el proyecto como "baratija" e instó a los responsables a dar explicaciones: "Que expliquen a dónde se han llevado la inversión y por qué hay que castigar a los riosellanos con una obra que, estamos de acuerdo que necesita una reparación, pero no a costa de mantener a Ribadesella aislada durante semanas".

La marcha concluyó con el paso simbólico de una veintena de vehículos agrícolas por el puente, en una protesta que también visibilizó el sentir de los profesionales del sector primario: "No nos manifestamos por gusto, sino por necesidad", explicó Alessandra Rodríguez, que cruzó la infraestructura junto a su padre en un tractor. "Para él ese puente no es un capricho, es el camino al trabajo, a su vida y a su sustento. Quienes dicen que podrán salir por la autovía no se han subido nunca a un tractor, ni han tenido que cruzar ese puente 3 o 4 veces al día para poder seguir trabajando. No saben el tiempo y el dinero de más que gastarán", denunció en alusión a la propuesta de permitir el paso de estos vehículos agrícolas por la autopista de forma excepcional.

La manifestación concluyó una hora después de su inicio, en el mismo punto donde comenzó, en las inmediaciones de la oficina de turismo. La indignación sigue latente y lejos de desaparecer, pero la postura institucional no ha cambiado y los planes para el cierre del puente siguen adelante. La lucha de los riosellanos continúa por una alternativa que, a día de hoy, no parece ser "viable".