La vaina de puñal hallada en Asturias que ha desvelado un misterio: astures que sacrificaban soldados romanos

El Arqueológico incorpora los últimos hallazgos en La Cerrosa, en Peñamellera Baja, donde los primitivos astures habrían hecho sacrificios rituales con sus enemigos

Por la izquierda, María Antonia Pedregal, Vanessa Gutiérrez, el alcalde de Peñamellera, José Manuel Fernández; Susana de Luis y el director de Patrimonio Cultural, Pablo León.

Por la izquierda, María Antonia Pedregal, Vanessa Gutiérrez, el alcalde de Peñamellera, José Manuel Fernández; Susana de Luis y el director de Patrimonio Cultural, Pablo León. / FERNANDO RODRÍGUEZ

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo

El yacimiento de La Cerrosa, en Suarías (Peñamellera Baja) lleva tres campañas, muchos hallazgos y los investigadores empiezan a poner encima de la mesa algunas de las primeras certezas. Una de las más llamativas, que la vaina de puñal de filos curvos con su cinturón articulado de suspensión correspondiente a las guerras astur-cántabras (entre el 29 a.C. y el 19 d.C.) es uno de los conjuntos de este tipo mejor conservados en la Península Ibérica y arroja mucha luz sobre el "cingulum" romano, el cinturón y vaina para puñal oficial del imperio que, según los investigadores de La Cerrosa, se prototipó en España, a partir de diseños similares al que ha aparecido en Peñamellera Baja.

Esta es una de las conclusiones más llamativas de todos los hilos de los que están tirando los investigadores, liderados por Susana de Luis, conservadora en el Museo Arqueológico Nacional y que ayer presentó parte de sus conclusiones en el Arqueológico de Asturias, en el edificio del monasterio de San Vicente de Oviedo. Con motivo del Día de los Museos, la consejería y el Arqueológico presentaron las investigaciones del equipo de De Luis y la incoporación de estos materiales a los fondos del equipamiento.

La vaina de puñal de filos curvos, con su cinturón articulado de suspensión del siglo I a.C. hallado en La Cerrosa. | FERNANDO RODRÍGUEZ

La vaina de puñal de filos curvos, con su cinturón articulado de suspensión del siglo I a.C. hallado en La Cerrosa. / FERNANDO RODRÍGUEZ

La respuesta a la pregunta de cómo un cinturón de los romanos acabó en el territorio de los astrues explica otra parte de la investigación, que sirvió también para una conferencia, ayer por la tarde, de título muy elocuente: "Arrojar las armas del enemigo al inframundo".

La conclusión de Susana de Luis, tras el cotejo con otros yacimientos similares y el análisis de todos los materiales, es que este cinturón se fabricó en la meseta norte y lo habría portado o un romano o un auxiliar que había subido a este territorio en el momento de las de guerras astur-cántabras. El difícil acceso a la sima unido al hecho de que allí hubo ceremonias rituales anteriores permite suponer que fueron los indígenas los que arrojaron esas armas y quizá también al romano, porque hay un resto humano, para pedir ayuda a los dioses contra el enemigo.

Una vaina de puñal hallada en Suarías aclara el origen del "cingulum" romano

La visita a los talleres. / Fernando Rodríguez

El hecho de que esta vaina y este cinturón sean "el más completo de ese tipo en el Península Ibérica" permite concluir al equipo que este tipo de arma "podría haber sido el prototipo que habrían utilizado los romanos para introducir el puñal reglamentario, fabricado inicialmente en talleres indígenas", explica De Luis.

La importancia de La Cerrosa no acaba ahí. Por ahora hay tres depósitos, uno con arreos de caballos de época tardo-antigua, el de las guerras astur-cántabras y otro, el más antiguo, de la primera Edad del Hierro con mucha fauna y restos de cuatro mujeres. La relevancia de este último conjunto reside en que el norte peninsular no hay necrópolis de esta época y en el sur, por la cremación, no hay restos de los que cómo estos, se podrán extraer importantes conclusiones sobre su dieta y otra información única, a través de análisis de ADN y técnicas similares.

La consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, no ocultó su satisfacción al presentar estas nuevas piezas y destacar el impulso que su gobierno realiza con el Museo Arqueológico y las investigaciones en este campo. Acompañada por la directora del equipamiento, María Antonia Pedregal, dieron a conocer los talleres de restauración donde ya se trabaja para recuperar 118 piezas medievales que se incorporarán a la exposición permanente.

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