El Alcalde de Amieva califica de "palo muy gordo" el cierre de la única panadería del concejo, auténtico "centro social" de la zona

Carlos Salazar: "Los pequeños concejos de la zona rural se están muriendo; alguien debería incentivarnos, darnos apoyo, ayudas, reducir la burocracia"

María José Fana y su hija Ana Labra, a la puerta de la Panadería Santillán, en el concejo de Amieva.

María José Fana y su hija Ana Labra, a la puerta de la Panadería Santillán, en el concejo de Amieva. / Ramón Díaz

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Santillán (Amieva)

"El cierre de la Panadería Santillán es un palo muy gordo para toda la zona; para Amieva, para Ponga y para Sajambre. Es un estacazu tremendu, pero así vamos, marcha atrás y sin frenos". El alcalde de Amieva, Carlos Salazar (PP) está viviendo uno de los momentos más tristes de su periplo político. El inminente cierre de la única panadería del concejo, auténtico "centro social" de esa zona del suroriente asturiano, lo ha afectado. "Se llenan las bocas hablando de la España vaciada, pero cada vez está más vacía. Los concejos pequeños van a menos. Los pueblos se mueren. Y no tenemos ninguna ayuda", lamenta.

Salazar lo ha intentado todo, "pero no hubo manera". Ha hablado con representantes de otras administraciones en busca de salidas para la continuidad de un negocio centenario, que se había convertido en centro de reunión y tertulias de vecinos, visitantes, cazadores, montañeros, camioneros... La burocracia pudo más.

La titular del negocio, María José Fana, se jubilará el próximo día 22, y su hija, Ana Labra, tenía la intención de tomar las riendas, pero las exigencias normativas la obligan a realizar una inversión inasumible: "No lo hago con 300.000 euros", manifestaba el pasado sábado. Así que tiró la toalla.

"Lo más que me ofrecieron fue ayuda para el mobiliario", relata el Alcalde, que afirma que el local significa "todo para Amieva. Es el negocio más antiguo del concejo, el último horno de leña, con dos obreros trabajando y, sobre todo, un local que es el ‘centro social’ de la zona, donde recogen medicamentos, recetas, paquetes, encargos...", subraya el regidor. Imagina a Santillán, entrada al concejo de Amieva desde Cangas, sin la panadería y le puede la pena.

"No habrá dónde comprar nada. Es posible que el bar cierre también en unos meses, las ferias van a menos. Desaparece todo. Son los últimos coletazos de este concejo; es una tristeza enorme".

El Alcalde, cliente de la panadería, donde paraba a diario para tomar un café y comprar el pan, lamenta que el Ayuntamiento, con recursos muy limitados, no pueda hacer nada para evitar cierres como el de este negocio. Cree que el Principado sí podría hacer, y mucho: "Hay una burocracia grandísima, y el problema es que el trato es el mismo para los concejos pequeños que para los grandes. Los pequeños concejos rurales se están muriendo; alguien debería incentivarnos, darnos apoyo, ayudas, reducir la burocracia", clama.

"Este horno es de museo"

Carlos Salazar sostiene que un negocio centenario y emblemático no debería tener las mismas exigencias que uno de primera apertura. "Negocios como esta panadería son patrimonio de todos. Este horno es de museo, ya no quedan hornos así", destaca.

"Oigo a diario hablar de apoyar al medio rural, pero todavía no vi que llegase nada directo a Amieva, y si quiero una subvención tenemos los mismos condicionantes que Siero, por ejemplo. No puede ser así, necesitamos más atención, apoyo, y examinar caso por caso; el de esta panadería debería ser un caso a estudiar, no es lo mismo que si cierra un negocio en Cangas", expone el Alcalde.

"Sigo viendo presentaciones de presupuestos faraónicos del Principado, pero cada vez hay menos inversión en los concejos pequeños. Habría que predicar menos y dar más trigo", concluye Salazar.

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