Un santuario para animales en Piloña: "Miramos por la Península y decidimos venir a Asturias porque es un auténtico paraíso"

El Santuario Corazón Verde se traslada de Navarra a Asturias para continuar su labor de rescate y cuidado de animales de granja: "Se nos había quedado pequeño el espacio y la zona no tenía pastos suficientes"

Voluntarios del Santuario Corazón Verde con alguno de los animales.

Voluntarios del Santuario Corazón Verde con alguno de los animales. / Julia Quince

Julia Quince

Infiesto (Piloña)

Desde los parajes del interior de Navarra hasta los frondosos valles de Asturias, el Santuario Corazón Verde inicia una nueva etapa en Piloña con más de un centenar de animales rescatados del abandono, la explotación o el maltrato. El colectivo, formado íntegramente por personas voluntarias, ha encontrado en Lodeña, a pocos kilómetros de Infiesto, el entorno adecuado para seguir creciendo y desarrollando un proyecto que aúna bienestar animal, activismo y educación.

"Se nos había quedado pequeño el espacio para la cantidad de animales que teníamos y la zona no tenía pastos suficientes", explica Josetxo Sagarra, uno de los miembros fundadores del santuario, "estuvimos mirando por la Península y decidimos venir a Asturias porque es un auténtico paraíso, tiene mucho más pasto, creemos que el voluntariado va a estar más a gusto vimos que no había ninguna iniciativa similar que creemos necesaria".

Soraya Ronco con uno de los animales del santuario.

Soraya Ronco con uno de los animales del Santuario Corazón Verde en Asturias. / J. Quince

El Santuario Corazón Verde nació en 2006 en Navarra con un doble propósito: "por un lado, rescatar la mayor cantidad de animales considerados de granja posible que hayan sido maltratados, explotados o abandonados y, por otro, concienciar a la sociedad de que otro trato es posible hacia este tipo de animales", señalan. Hoy este compromiso continúa en tierras asturianas, donde el proyecto se afianza con nuevas alianzas y una renovada vocación pedagógica.

Burros, caballos, ovejas, cabras, cerdos, concejos, ocas...

La nueva finca, de más de 1.000 metros cuadrados, cuenta con zonas de bosque y manantial. Está siendo acondicionada con cuadras y espacios diferenciados para cada especie. Los animales podrán pastar en régimen rotativo para garantizar su bienestar. Actualmente, conviven allí unas quince especies diferentes: burros, caballos, ovejas, cabras, cerdos, conejos, ocas...

Laura García durante el traslado de los animales a Lodeña.

Laura García durante el traslado de los animales al santuario de animales Corazón Verde. / J. Quince

Las historias de sus habitantes son tan diversas como conmovedoras. Como por ejemplo la de "Inés", una burra que pasó 20 años siendo usada como animal de carga y "tratada a palos", lo que le costó la visión de un ojo y muchos traumas. Ahora comparte su nueva vida con "Antonio", otro ejemplar de su especie que vivió atado a la intemperie durante 8 largos años, sin refugio frente al frío o la lluvia. También está "Pepa", una cerda abandonada siendo apenas una cría en un contenedor, malherida y sin una oreja. Y "Lluvia", una oveja rescatada de una granja tras verse afectada por unas inundaciones del río Ebro.

Transformar la mentalidad colectiva

El santuario no solo rescata animales, también lucha por transformar la mentalidad colectiva: "Está muy cristalizada esa opinión de que los animales están para nuestro uso y son solamente productos. Se hace una clara diferenciación entre lo que los que son de compañía, como un perro o un gato, y los de explotación, como un cerdo o una gallina", explica Sagarra. Y, por ello, realizan visitas escolares, charlas en institutos y otras actividades de sensibilización dirigidas especialmente a la infancia: "Ahí está nuestra labor educativa. Al margen de que, evidentemente, va a ser muy difícil dejar de utilizar a los animales como productos, al menos que no se les maltrate y no se les tenga en malas condiciones", defiende.

La llegada a Asturias ha sido bien acogida por la comunidad local, desde la organización se han puesto en contacto con varias asociaciones y protectoras para colaborar en conjunto. Su objetivo es ampliar esa red con otros colectivos y administraciones para que, "cada vez que aparezca un animal en esta situación, en lugar de llevarlo al matadero como se hacía hasta ahora, se le dé una oportunidad", concretan.

Voluntarios de Corazón Verde.

Voluntarios del Santuario Corazón Verde, en Lodeña, Piloña. / J. Quince

En España hay actualmente 28 santuarios dedicados a animales de granja, una cifra que sigue creciendo en paralelo a una mayor conciencia social, sobre todo entre la juventud. Sin embargo, los impulsores del proyecto insisten en la importancia de sensibilizar, apoyar y continuar ejerciendo esta labor.

Corazón Verde se mantiene con el trabajo desinteresado de sus voluntarios, sin personal asalariado. Ofrecen jornadas abiertas una vez al mes y han puesto en marcha un sistema de voluntariado residente, para quienes deseen convivir unos días y ayudar en el cuidado diario de los animales. Además, cuentan con una campaña de micromecenazgo activa para costear el traslado, así como un programa de amadrinamiento de animales y una iniciativa solidaria de donaciones mensuales de un euro.

Charlas escolares sobre animales

El 22 de junio celebrarán una nueva jornada de voluntariado y prevén la inauguración del nuevo terreno: "El traslado va muy bien, las jornadas de voluntariado están yendo genial, se llenan en cuanto las anunciamos. Estamos muy contentos porque vemos a la gente muy interesada, nos han llamado para hacer charlas escolares con vistas al próximo curso y tenemos pensado hacer un campamento infantil este verano", señala Sagarra, aunque aclara que ahora toda la energía de la organización está volcada en finalizar la mudanza.

Aunque todavía queda trabajo por delante, el equipo del Santuario Corazón Verde avanza paso a paso, preparando terrenos, adaptando instalaciones y planificando nuevas actividades educativas. Pero lo más importante ya está en marcha: cada animal que cruza las puertas de este refugio encuentra algo que hasta entonces se les había negado: un hogar para una vida digna.

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