El Principado de Asturias parece dispuesto a tirar la casa por la ventana, en lo promocional, para celebrar por todo lo alto los 1.300 años de la batalla de Covadonga. Toda una serie de charlas, exposiciones y actividades, de diversa índole, con miras a poner el foco ese enclave del Oriente, el santuario mariano que registra un enorme, además de envidiable, flujo de peregrinación desde hace bastante tiempo, pero que necesita, y urge, de más y mejores dotaciones e infraestructuras para evitar el sonrojo de propios y extraños en épocas de gran afluencia de visitantes, no sólo en verano, a la vertiente canguesa del parque nacional de los Picos de Europa. 

Prueba palpable, y bien reciente, ha sido esta pasada Semana Santa, la mejor de las últimas décadas para el sector turístico, incluyendo el religioso, por supuesto, en el concejo de Cangas de Onís. Pero, una vez más, volvió a echarse en falta la necesidad de dotar de nuevas plazas de aparcamiento a las inmediaciones del real sitio de Covadonga. Y, como no podía ser de otra manera, el quid de la cuestión otea sobre el “olvidado” proyecto de la finca de Les Llanes, en El Repelao, donde hace más de ¡quince años!, en 2006, el Gobierno regional desembolsó 500 millones de las antiguas pesetas -tres millones de eurazos- para adquirir aquellos terrenos. 

Mucho ha llovido y trapeado desde entonces, pero ni Centro de Visitantes, ni macro-parking, ni elevador automático….Nada de nada. Apenas una casa otrora solariega convertida en un simple cobertizo para ganado vacuno, con todos los respetos. El asunto quedó en espera, pero el tiempo transcurre a velocidad de vértigo sin que el ambicioso proyecto, aquel cacareado Plan Especial de Covadonga, salga de algún cajón o armario para adaptarlo a la nueva situación tras la pandemia de la Covid. No sé si, esa dilación, tendrá relación directa con los colores de cada una de las Administraciones competentes, es decir, con las siglas de los partidos que rigen los destinos de las instituciones públicas. 

 A estas alturas del año 2022 me parece perfecto que Arriondas, por ejemplo, tenga en marcha licitaciones para el tema de evitar las inundaciones y ejecutar el nuevo puente sobre el río Sella. Otro tanto de lo mismo diría del anuncio de la Ministra del ramo para el puente sobre la Ría del Sella, en la villa marinera de Ribadesella. Actuaciones, todas ellas, muy reivindicadas por sus respectivos Consistorios desde hace muchísimo tiempo. Dicho esto, ¿qué pasa con la Finca de Les Llanes y su plan para Covadonga? ¿Seguirá sumido en el más triste de los olvidos pese a los faustos que se avecinan para conmemorar los trece centenarios de la famosa batalla? 

Creo recordar que había, salvo que me falle la memoria, un proyecto de instalar el funicular de ladera que discurriría por un recorrido de 300 metros, con una pendiente del 35% y 90 metros de desnivel. El elevador mecánico, con una capacidad para 1.200 pasajeros a la hora, tendría un trayecto de apenas tres minutos. Además, en la finca de les Llanes también se planteaba habilitar 1.200 plazas de estacionamiento de vehículos, algo que urge desde hace muchos años en el principal centro de peregrinación de la comunidad autónoma. Incluso se llegó a barajar la cuantía de 12 millones de euros. ¿Se retomará o habrá que esperar a otras elecciones autonómicas y municipales?

Ojo, que para Covadonga también se sopesó un Plan B, aquel que apuntaba, igualmente hace mucho tiempo (año 2009), a la ejecución de un estacionamiento en altura detrás del edificio de La Escolanía, aunque el número de plazas habilitadas no llegaría al centenar, rondando la inversión en aquella época los 2,5 millones de euros. Cierto es que la última palabra la tienen las autoridades competentes, pero, en mi modesta opinión, la gran apuesta de Covadonga debería ser el desarrollo de la susodicha finca de Les Llanes y así conseguir habilitar de una vez por todas una gran área de parking para vehículos al pie del santuario. Ni Covadonga, ni mucho menos Cangas de Onís se merecen más demoras.