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Andrés Martínez Vega

Relatos sobre vitela

Andrés Martínez Vega

El Camín de los Santuarios

Nunca la comarca tuvo una oportunidad de transformación con tantas expectativas como las que se ofrecen con esta iniciativa

Recientemente el Principado de Asturias respaldó de forma oficial un itinerario jacobeo que, como alternativa al Camino oficial de la costa, atraviesa las tierras más orientales de la región, avanzando por la parte sur del Cuera. Sigue por los municipios de Cabrales, Onís y Cangas de Onís en donde se incorpora el santuario de Covadonga, y siguiendo hacia Oviedo atraviesa Parres, Piloña, Nava, Siero, Noreña y Oviedo en donde la Sancta Ovetensis custodia el relicario más importante de la cristiandad que cuenta, entre otras muchas, con la reliquia del mismo apóstol Santiago.

La ruta, ahora conocida como el Camín de los Santuarios por los numerosos centros marianos que se localizan en su entorno, ya hacía años que se venía reclamando por parte de un grupo de investigadores, partidarios de recuperar para la red viaria jacobea asturiana el Real Sitio de Covadonga y el viejo Camino real, que unía la capital del Principado con las tierras más orientales, las Asturias de Santillana.

El empeño exigió muchas horas de investigación y trabajo de campo; organización de jornadas de estudios jacobeos, como la celebrada en Infiesto en el año 1998; difusión del proyecto y de un itinerario que se conservaba en buen estado y con unas características tipológicas extraordinarias, pues no en vano había sido el camino histórico que articulaba el oriente asturiano.

En el año 2001 el trazado del camino ya se publica en el Boletín de la Asociación Interregional de los Amigos del Camino de Santiago “Alfonso II El Casto”. El texto, de varios autores, da a conocer detalladamente el recorrido desde Panes a Oviedo, mientras otro tipo de estudios abordan aspectos relacionados con el patrimonio histórico, monumental y natural, así como la importancia de Covadonga en este trazado jacobeo.

No menos importante en la reactivación de este proyecto fue el empeño de los regidores de la zona, una actuación unánime y al margen de siglas de partidos que, por encima de intereses personales, reconoció la importancia para la comarca de un respaldo oficial de este camino. Desde el año 2014 las reuniones de todos estos alcaldes fueron frecuentes, y en las mismas aportaban tanto trabajos técnicos de cartografía de su respectivos concejos como datos históricos, memorias, apuntes bibliográficos…

El dossier de conjunto fue determinante para que hoy felizmente puedan sentirse satisfechos con la acertada decisión de la Consejería de Cultura.

Ahora bien, no estamos en tiempos de autocomplacencias, no podemos considerar que nuestro proyecto está cumplido. Ni mucho menos. Ahora toca desarrollar su contenido para alcanzar el máximo de objetivos que lleva implícito. Un eje viario reconocido como “vía peregrinatoris” implica señalización, mantenimiento, oferta de hospedaje, difusión y otros muchos aspectos imprescindibles para el peregrino de hoy. Será aquí en donde los alcaldes de nuestra comarca deberán seguir trabajando, y espero que de forma unánime y considerando el Camino como un recurso de reactivación económica comarcal.

Creo que, en efecto, este proyecto que une a todas las tierras orientales de la región es una oportunidad única de unir los intereses municipales; bastante más importante que el que supuso en su día la creación de las conocidas mancomunidades.

Nunca, hasta este momento, esta comarca tuvo una oportunidad de transformación con tantas expectativas como las que ahora se ofrecen. Nuestro entorno rural puede tener en esta iniciativa la ocasión de rentabilizar el enorme patrimonio natural, etnográfico y cultural que desgraciada y actualmente agoniza en los límites del olvido y el desconocimiento.

Pero no nos engañemos, hay que pasar de los discursos teóricos a la práctica, y para poner en valor toda la riqueza del entorno es necesario que los vecinos la conozcan y que se formen adecuadamente para poder mostrarla. ¿No es posible este tipo de formación en nuestras parroquias a través de cursos impartidos por las numerosas escuelas que aún pueblan a nuestras aldeas?

Seguro que nuestros alcaldes en este aspecto pueden hacer mucho, y la rentabilidad también puedo asegurar que se incrementará con creces.

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