Cangas de Onís, la vieja Cánicas, vuelve a ser ninguneada y tampoco será sede del Día de Asturias, este próximo 8 de septiembre. Un año más, el Ejecutivo regional se ha decantado por otro lugar de la comunidad autónoma para celebrar los faustos de tan magna fecha, en esta ocasión en Corvera. Vaya por delante que nada tengo contra los corveranos y corveranas, pero considero que la vieja capital del Reino de Asturias debe ser la sede permanente para tal efeméride, gobierne quien gobierne, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de Covadonga, la Santina, patrona de todos los asturianos y asturianas. 

        Se me hace tarea ardua difícil entender que la oficiosa capital de los Picos de Europa no acaba de ser reconocida como sede de actos institucionales en Día de Asturias. No comprendo cómo es posible que la ciudad canguesa no pueda albergar algún que otro acto de carácter eminentemente institucional en esa señalada fecha del 8 de septiembre tras los eventos de índole religioso en el santuario mariano de Covadonga. Incluso, si me apuran, acto que bien podría desarrollarse, por ejemplo, en el parador de turismo “Monasterio de San Pedro de Villanueva”. 

        De un tiempo a esta parte el día de Asturias en Cangas de Onís se ha quedado en lo que siempre conocimos como festividad de la Santina o Día de Covadonga. Jornada en la que la clase política dirigente –creyente o no- acude luciendo sus mejores galas al real sitio de Covadonga para cumplir, digamos, con la preceptiva y protocolaria visita a la “cuna” de la Reconquista. Por supuesto, siempre son bien recibidos, con independencia de sus respectivas creencias. Y es que Covadonga es pura historia, pura devoción y rebosa asturianía plena por todos sus rincones y parajes. 

        Creo, en mi opinión, que las autoridades competentes –Ejecutivo regional- deberían replantearse el dilema y sellar el acuerdo para que el concejo cangues se convierta cada 8 de septiembre en la sede permanente del Día de Asturias. Además, albergando actos institucionales, no todos, aparte de los lúdicos. Ya va siendo hora de que nuestros políticos retomen la situación en ese asunto concreto, pues, a estas alturas, pienso que sobra cualquier tipo de debate ante algo que es de justicia para la otrora primera capital del Reino. Lo dije y lo mantengo, con independencia de quien gobierne en Cangas y en Oviedo.

        De poco o nada me sirve que alguien que me quiera rebatir con la serie de faustos culturales que se han venido organizando con motivo de los 1.300 años de la Batalla de Covadonga. Nada tiene que ver, ni de coña. Me parece fenomenal ese tipo de actividades conmemorativas a lo largo y ancho de la región, pero, dicho esto, lo que sí reclamo es la sede permanente del Día de Asturias para la ciudad de Cangas de Onís, con acto institucional inclusive, atendiendo a sus raíces históricas y culturales. Y sin menospreciar, para nada, al real sitio de Covadonga. 

        A escasos meses de otras elecciones autonómicas y municipales a buen seguro que los partidos y agrupaciones políticas que se postulen propondrán algunas singularidades sobre lo idóneo e ideal para el Día de Asturias, sin descartar hasta el cambio de fecha. Incluso algunos jurarán en arameo que Cangas de Onís, en el supuesto de ganar los comicios, sería sede permanente de la fiesta de la comunidad autónoma cada 8 de septiembre. Habrá que estar a la expectativa por si alguien -con mando en plaza- se “atreve” a ese sustancial cambio de criterio cara el 2023.