El Puentón

La lotería de subir a los Lagos de Covadonga

J. M. Carbajal

J. M. Carbajal

Llega la nieve a los Lagos de Covadonga y la gente quiere subir a disfrutar de esos bellos parajes, sobremanera en fines de semana en los que suele lucir el sol por momentos. Además, algo que viene llamando la atención en esta temporada invernal, tanto en enero como en el presente mes de febrero, es la notable presencia de turistas por estas latitudes, algo que pone de manifiesto que existe un tipo de visitante que busca tranquilidad y sosiego lejos del bullicio que suele generarse en temporada alta. 

Por todo ello parece rocambolesco que el acceso a la vertiente canguesa del parque nacional de los Picos de Europa, a través de Covadonga, resulte todo un problema o, mejor dicho, una auténtica lotería. Y es que, si la suerte acompaña al automovilista, los más madrugadores tienen asegurada la subida hasta completar las plazas habilitadas en la zona de Vega La Tiese y en el área de Buferrera, pues, el manto natural no se retiró -ni de derritió- en su totalidad en ambos lugares de estacionamieno público.  

A tenor de lo observado un número mínimo de aparcamientos disponibles, sin duda alguna, sobre todo por las caravanas de coches generadas en los alrededores de El Peregrino, punto de partida de la serpenteante carretera C0-4 (Covadonga-Lagos). Aún más, buen número de amistades contactaron conmingo, tanto el sábado como el domingo, para saber si podían subir a Enol y La Ercina, ya que estaban en pleno “tapon” circulatorio. Poco pude ayudarles, salvo pedirles paciencia ante la barrera. 

La historia no es nada nueva, pero apenas se adoptan medidas para solventar la situación y facilitar el acceso de oriundos y forasteros a esas áreas del parque nacional, antaño de la Montaña de Covadonga. Mientras, por momentos, las autoridades que controlan la materia nos bombardean con el filón turistico del Paraíso Natural en esrtos últimos meses tras la Covid-19. Eso sí, el “cante” es de verguenza ajena: espantar a la gente que aguarda en Covadonga para poner rumbo a los Lagos. 

No sé si mirar la botella medio llena o medio vacía, pero es que el “tema Lagos” se convierte en panacea una semana sí y otra tambien. Parece que sólo funciona, por decir algo suave, cuando está en marcha el operativo del Plan de Transporte. En otro caso, habría que centrarse en el “sálvase quien pueda”, pues, a tenor de cómo transcurren los años, las responsabilidades brillan por su ausencia. 

Queremos turismo en temporada baja, cuando la mayoría de los estrablecimietos hosteleros están cerrados -lógico-, para luchar contra la desestacionalización. Sin embargo, insisto, como ha venido aconteciendo estos fines de semana de enero y febrero, la presencia en la zona de ese tipo de turista nos acaba de agarrar, una vez más, con el pié cambiado. Prueba palpable es lo ocurrido en la rotonda de El Peregrino, en tensa espera, tanto sábado como domingo, 4 y 5 de febrero. 

Y la pregunta del millón: ¿Por qué no se habilita en condiciones el area de servicio de Buferrera? ¿No es posible tener una cuadrilla de mantenimiento -Principadp, Ayuntamiento, Tragsa- para esas zonas de servicio público en estas épocas de invierno? Entiendo que se tomen medidas a causa de las previsiones meteorológicas, pero lo que no es de recibo es adecuar unos pocos aparcamientos cuando se avecina buen tiempo, casi primaveral. Hablamos de uno de los principales destinos turísticos de Asturias que no es moco de pavo. 

Algo deberán hacer los mandatarios de turno para ofrecer al respetable que se acerca a la zona una mejor imagen, alejada de tapones, caravanas y caos circulatorio. Y, para más inri, con la gente sumamente enojada en sus vehículos mientras esperan acceder a la CO-4. Al turista hay que mimarlo y evitar que se marche enojado de la comarca. No creo que la solución salomónica sea, por ejemplo, colgar un cartelitro en la barrera de la barrera de El Peregrino que ponga: “cerrado hasta nuevo aviso”. 

“¿Se puede subir a los Lagos”?. Es es la gran pregunta que suelen hacer muchos de quienes nos visitan por estas fechas. Pero, lo que no entra dentro de las previsiones es que deban toparse con decenas de coches en fila india en espera a que la barrera se levante, según vayan quedando plazas vacantes -las habilitadas- en La Tiese o Buferrera. Entre tanto, paciencia y mucha suerte. Ya digo, como si fuera una lotería.