La comunidad benedictina de San Pelayo celebra mañana, sábado, la festividad de San Blas -mártir del siglo IV, venerado por la Iglesia como el santo protector de los fieles aquejados de enfermedades de garganta- cuyas reliquias se veneran en el monasterio ovetense. La iglesia estará abierta desde las 8 de la mañana, como todos los días del año, y se celebrarán misas a las 11.00, a las 13.00, a las 18.00 (en este caso con la participación de la comunidad de monjas benedictinas) y a las 19.30 horas. En Oviedo, desde el siglo XVI, está documentada la existencia de una cofradía en honor del santo, que pertenecía, o estaba vinculada, al monasterio de benedictinas de Santa María de la Vega. En 1854, cuando las monjas fueron expulsadas de este monasterio, la comunidad se acogió a la hospitalidad de las monjas de San Pelayo, de la misma orden, llevando consigo la imagen y la reliquia de San Blas. Desde entonces, los ovetenses acuden, año tras año, al monasterio de San Pelayo para pedir la ayuda del santo, darle gracias por su intercesión y venerar la reliquia.