C. M.

Casi no había pasado un día desde que Jorge García perdiese la vida, el miércoles, al ser arrollada su moto, con la que acudía a una alarma, por un coche en el cruce de Tenderina con Río Caudal, pero fueron horas más que suficientes para que más de 600 personas se reuniesen ayer, a la una y media de la tarde, en el patio del cuartel de la Policía en Buenavista. Compañeros llegados de madrugada desde Ronda, donde impartían un curso a la Legión; la plantilla casi al completo de Asturias; Guardia Civil, representantes del Ejército y la Marina... Todos quisieron acompañar ayer a la familia del agente Jorge García, el quinto de seis hermanos de una familia natural de Tineo. El policía llevaba años casado con Olga Álvarez, de 39 años y nacida en Noreña, a la que ayer parecían haberla consumido el dolor y las lágrimas.

No faltó al funeral el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida -que aterrizó con un margen de menos de una hora para el inicio de la ceremonia-. Le acompañaban, entre otros, el director adjunto operativo del Cuerpo Nacional de Policía, Miguel Ángel Fernández-Chico Díaz; el delegado del Gobierno, Antonio Trevín; la presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús Rodríguez; la consejera de la Presidencia, María José Ramos; el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo; el concejal de Seguridad Ciudadana, Jaime Reinares, y el jefe superior de la Policía en Asturias, Baldomero Araujo, junto a comisarios y demás personal del cuerpo.

Horas antes de que se oficiara el funeral por el agente fallecido, hacia las once de la mañana y a pocos metros del cuartel de la Policía, en las dependencias del Hospital Central Graciela M. S., de 38 años, la conductora implicada en el accidente que le costó la vida al policía, recibía, según señalaron fuentes del centro, el alta médica, tras haber pasado casi un día en urgencias y en observación.