Leí el pregón mateíno, de Manolo Díaz, consejero mundial de la discográfica EMI, y lamento que no le hayan aconsejado cantarlo, siendo mundial en la música; una buena copla, bien interpretada, justifica cualquier vulgaridad prosaica. «Tus calles están muy limpias», amoroso octosílabo de Manolo, se queda tan pobre como «que la ponga en el balcón» sin himno detrás. Zapatero, a tus zapatos. En su día, Fernando Alonso desafinó en el balcón en lugar de salir escopetado, como hará Villa en su pregón del jueves, Toreno arriba; volvió a cantar Fernando ante la FIA: primero escribió la letra, que dedicó a De la Rosa, y luego cantó, para salvar el tipo, y así expulsaron del campeonato de marcas a la empresa que le paga. El que no corre, vuela. Lo importante es que Oviedo salga al balcón; Oviedo, mujer, amante y madre de Manolo, y tatarabuela mía.