E. F.-P.

El periodista y escritor Juan de Lillo presentará esta tarde el quinto tomo de «Oviedo, crónica del fin de siglo», la última entrega de la serie en la que recoge los acontecimientos más importantes en la vida de la capital asturiana desde el año 1850. Este último volumen arranca en 1986, con el izado de la bandera de la Comunidad Europea en el Ayuntamiento, y concluye con la construcción del Auditorio, el nuevo estadio Carlos Tartiere y la losa de Renfe. A la presentación de esta tarde, a las ocho en la capilla del hotel de la Reconquista, está prevista la asistencia del presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y la intervención del periodista y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Rubén Suárez y el profesor de Literatura de la Universidad de Oviedo Álvaro Ruiz de la Peña.

La carrera profesional de Juan de Lillo, allerano de nacimiento y testigo de excepción de la historia reciente de Oviedo, está estrechamente ligada a LA NUEVA ESPAÑA, donde trabajó durante treinta años y llegó a ocupar el cargo de redactor jefe. De Lillo fue, además, director de «Región», de «La Hoja del Lunes» y director adjunto de «Asturias Semanal».

Trabajo de hemeroteca

Para esta última entrega de «Oviedo, crónica del fin de siglo», publicada como las anteriores por la editorial asturiana Nobel, De Lillo ha recurrido a sus propios recuerdos periodísticos y se ha documentado en las hemerotecas. El relato de los hechos se aúna al testimonio gráfico de una época, la contemporánea. Muchas de las fotografías reproducidas en el libro proceden de los archivos de LA NUEVA ESPAÑA.

La época que Juan de Lillo retrata en las 520 páginas de este tomo de su crónica ovetense, que incluye 15 páginas de índice onomástico, recoge hitos como el derribo de la estación del ferrocarril del Vasco, la llegada de Gabino de Lorenzo a la Alcaldía o la reedificación de la plaza del Fontán.

Ésta es la más voluminosa y exhaustiva de las cinco entregas de «Oviedo, crónica del fin de siglo». La ingente cantidad de información disponible ha obligado a su autor a acometer una ardua labor de selección. Juan de Lillo cuenta que reunió más de dos mil fichas con documentación sobre ese período, de 1986 a 2000, y sólo el treinta por ciento de toda esa información ha tenido cabida en el último tomo de su obra.