Rafael FRANCÉS

José Ignacio Uceda Leal participó ayer en una mesa redonda organizada por la peña Julián Cañedo dentro de las XIV Jornadas taurinas de Oviedo en el hotel Regente. Bajo el título «Relación torero-apoderado», el maestro explicó su caso particular. El diestro, que tomó la alternativa en Madrid en 1996, con Curro Romero como padrino y Julio Aparicio de testigo, estuvo acompañado por Diego Sánchez Muñoz, «Lázaro Carmona». Al final del acto, recibió el trofeo al mejor torero de la temporada 2003.

-¿Qué busca un torero en su apoderado?

-Antes de artistas los toreros somos personas. Necesitamos apoyo y sentirnos comprendidos como toreros. En mi caso, mi apoderado fue matador...

-¿Es importante haber sido matador para ser apoderado?

-Creo que sí, porque comprenden mejor al torero.

-¿Cuál es la situación actual de la fiesta?

-Atraviesa el mejor momento de la historia. El toro es el más grande, bravo y bueno, y hay grandes toreros que hacen las cosas más perfectas de la historia de la tauromaquia. Ahí están los vídeos para comparar las cosas que se hacían antes con las que se hacen ahora.

-¿Y su momento profesional?

-Estoy muy próximo a la madurez y, aunque no he tocado techo, porque aún me queda mucho que aprender, sí puedo decir que tengo la madurez completa como torero.

-¿Cómo ve el cerco que se produce sobre la fiesta? La ministra de Medio Ambiente dice que no se debería matar al toro en la plaza.

-Lo primero que hay que decir es que respeto a todo el mundo, porque la fiesta te gusta o no te gusta, y yo no intento convencer a nadie para que le guste. Lo único que pido es que respeten una fiesta muy arraigada en España desde hace muchos años. Pido respeto y que los detractores se documenten y se informen antes de criticar la fiesta de los toros.