El Colegio Los Robles, de Llanera, entregará mañana, sábado, sus premios anuales, en el transcurso de un acto en el auditorio Príncipe Felipe, de Oviedo, a partir de las 11.30 horas.

Los premiados de este año son Enrique Loewe (Arte), Emilio Butragueño (Deporte), Juan Manuel de Prada (Literatura), José Ángel de la Casa (Comunicación-Informativos), Silvia Jato (Comunicación-Entretenimiento), Belinda Washington (Comunicación-Espectáculo), Enrique Rojas (Ciencia), Familia Suárez Illana (Familia), Harambee Internacional (Institución) y Vicente Picó, y los padres promotores de los colegios de Fomento de Centros de Enseñanza en Asturias (Educación). Los Robles también entregará una mención especial al empresario José Cosmen.

Los premios «Los Robles» reconocen la trayectoria de personas e instituciones que, por sus aportaciones en el desarrollo de la actividad profesional, en algún aspecto de su vida personal o en otros ámbitos de su intervención pública, constituyen un referente que puede servir de estímulo a la sociedad.

S. SUÁREZ

Enrique Rojas (Granada, 1949) es catedrático de Psiquiatría en el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas. Especializado en la dolencia a la que ha dedicado su último libro -«Adiós, depresión»-, Rojas sostiene que ésta se cura en un 90 por ciento de los casos. Hoy dará una conferencia en Oviedo, invitado por el Colegio Los Robles, que mañana le premiará con uno de sus galardones anuales, el del apartado de Ciencia. «La madurez de la personalidad» es el tema que ha elegido este psiquiatra, autor de varios libros de autoayuda, para la charla de esta tarde, que se celebrará en el Auditorio a las ocho de la tarde.

-¿Qué es la personalidad?

-Junto con nuestro cuerpo, lo más propio del individuo.

-¿Y la madurez?

-Una persona madura es la que se conoce a sí misma, que tiene una buena ecuación entre corazón y cabeza, que tiene capacidad para dar y recibir amor, que sabe superar las heridas del pasado y que tiene un proyecto de vida coherente y realista.

-Creo que no conozco a nadie que cumpla todos los requisitos.

-Hablamos de madurez, no de personalidad perfecta. Una persona madura tiene fallos, defectos y comete errores, pero lucha por mejorarlos con voluntad y alegría.

-¿Se puede cambiar de forma de ser?

-Existen técnicas psicológicas y estratégicas para cambiar y corregir la conducta, las reacciones de ira, el mal control de uno mismo, la inestabilidad...

-¿Todo se puede corregir?, ¿la inclinación a la violencia, por ejemplo?

-No, hay cosas más difíciles, arraigadas en la genética.

-¿Cómo saber si un rasgo de nuestro carácter es genético o viene dado por otras cuestiones, como la educación?

-Hay tres raíces en el comportamiento: la herencia, el ambiente y la propia biografía. La parte hereditaria se llama temperamento, la adquirida es el carácter y la tercera es la historia personal. La parte hereditaria se puede modificar con farmacoterapia y con alguna psicoterapia en la que se explican los mecanismos que pueden desmontar esa patología.

-Habla de «proyecto de vida», ¿es imprescindible tener uno?

-Es uno de los ingredientes más importantes de la personalidad. Consiste en un programa con cuatro ingredientes: amor, trabajo, cultura y amistades, las cuatro patas que forman la felicidad.

-Es decir, que si falla alguna la cosa se fastidia.

-Si falla alguna hay que repararla. La felicidad consiste en tener una personalidad madura y un proyecto de vida coherente y realista, donde tienen especial relevancia el amor y el trabajo.

-De modo que en España puede haber entre tres y cuatro felices.

-Hay que aspirar a una felicidad relativa, lo que yo llamo felicidad razonable. Una vida a la que uno ha tratado de sacarle el máximo jugo posible, superando y resolviendo las heridas del pasado.

-Hay cosas que no parecen fáciles de superar. La muerte de un hijo, por ejemplo. ¿Eso se supera realmente?

-Sí, hay cosas difíciles, pero si uno no las echa fuera se convierte en una persona agria, amargada y resentida. El resentimiento es sentirse dolido y no olvidar.

-¿Se curan las depresiones?

-El 90 por ciento de las enfermedades depresivas, sobre todo aquellas que son de naturaleza endógena, que proceden de una alteración bioquímica.

-Se dice que el estrés es malísimo, pero vivimos en un mundo que lo genera y lo propicia. ¿Soluciones?

-Los americanos dicen que la mejor manera de combatir el estrés es aprender a decir que no. Luchar por no sobrecargarse en demasiadas tareas, en la vida profesional y en general.

-Y la ansiedad, ¿cómo se controla?

-La endógena, con psicofármacos. La exógena -debida a estar desbordado, a querer hacer demasiadas cosas y a abarcar más de lo que uno puede- se combate racionalizando las tareas, poniendo cabeza y renunciando a lo que uno no puede llegar. Los triunfadores en la vida son los que disfrutan con su trabajo, pero si el trabajo es excesivo uno no goza.

-¿Qué es la felicidad?

-Consiste en tener buena salud y mala memoria.

-Viene usted a Oviedo invitado por un colegio del Opus Dei. ¿Pertenece a esta organización?

-No.