La última producción de la opereta «La Generala», del Teatro de la Zarzuela, retomará la programación del XV Festival de Teatro Lírico Español, que, desde el mes de febrero, viene celebrándose en el teatro Campoamor. La historia, en dos actos, de los infortunios del monarca destronado Cirilo II ya da sus últimas puntadas en los ensayos previos al estreno, que será el próximo martes. Las funciones se prolongarán durante la semana, con representaciones también el miércoles, viernes y sábado. Quedan unas 400 entradas a la venta repartidas entre las funciones de toda la semana.

La opereta, en dos actos, con música de Amadeo Vives y libreto de Guillermo Perrín y Miguel Palacios, contará con la escena del director internacional ovetense Emilio Sagi. En el reparto, aparecerán además cuatro voces femeninas asturianas: Beatriz Díaz, María José Suárez, Yolanda Secades y Ana Santamarina. A la dirección musical estará Cristóbal Soler, batuta de la Orquesta de la Universidad de Valencia, que empezó su trayectoria en la lírica en 1999, como asistente del Teatro de la Ópera Nacional de Rumania. En los papeles principales estarán Carmen González y Sabina Puértolas (como segundo reparto), que encarnarán a la protagonista, enamorada del príncipe Pío (Enrique Ferrer), quien, a su vez, ha de casarse con la princesa Olga (Beatriz Díaz y Sonia de Munck, en el segundo reparto), para solucionar los problemas económicos de sus padres, el monarca destronado Cirilo II (Luis Álvarez) y la reina Eva (María José Suárez e Itxaro Mentxaka). La Orquesta «Oviedo Filarmonía» estará en el foso y, sobre el escenario, el Coro «Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo» pondrá también voz.

«La Generala» pertenece al género de la opereta, que asentó Jacques Offenbach y llegó definitivamente a España a mediados del siglo XIX. La opereta es una obra dramático-musical de signo ligero y motivos satíricos que alterna pasajes hablados con fragmentos cantados y danzas. Sus principales focos de propagación y creación fueron París, Viena, Barcelona y Madrid. A comienzos del XX, los autores españoles tomaron el modelo foráneo y buscaron temáticas de carácter internacional, que enmarcaban en brillantes escenas influidas por los espectáculos de variedades y el surgimiento del cine.

Los coros cuidados, un melodismo trabajado y pegadizo, así como la combinación de elementos de inspiración española y otros europea, son rasgos de esta opereta, que se estrenó con éxito en el Gran Teatro de Madrid en 1912.