-Quince años al frente de la Hermandad, hasta su cese el pasado 16 de enero. ¿Cuáles han sido las razones de su retirada?

-Consideré que era un período suficientemente largo y que se han cumplido los objetivos planteados. Pesaron razones de edad, llevo mucho tiempo trabajando por esta noble causa, y éste era el momento idóneo para afrontar el relevo, con la estructura de la Hermandad consolidada, reconocimiento social e institucional y con gente joven en la junta rectora. Se ha hecho una transición en total sintonía.

-¿Recuerda su llegada a la Hermandad?

-Llevo treinta años en la Hermandad, quince en la presidencia. Cuando llegué la Hermandad tenía una estructura débil y carecía del reconocimiento social y de las autoridades sanitarias. Hubo que trabajar mucho para reforzar la estructura, conseguir reconocimiento, unas instalaciones dignas y alcanzar el total abastecimiento de sangre y hemoderivados, con un incremento espectacular del número de donaciones.

-¿De qué logro se siente más satisfecho?

-De haber conseguido que la sociedad asturiana tome conciencia de la importancia de la donación. Es un acto de civismo puro que nos obliga a todos por igual. Las hermandades de donantes nacieron para luchar contra el mercado negro de la sangre. Había intermediarios, que frecuentaban las universidades y pagaban a los estudiantes por su sangre. Las hermandades, en colaboración con los centros comunitarios de sangre y tejidos, acabaron con aquello. El Centro Comunitario de Asturias es modélico y la mejor etapa es la que se inició con la incorporación del doctor Tebar como director técnico y la doctora Lucas como coordinadora de promoción.

-¿Ahora ya tienen respaldo institucional?

-Hubo momentos malos en los que se pretendía laminar la Hermandad, pero eso se superó.

-¿Las instituciones sanitarias colaboran con ustedes?

-El modelo de promoción de donación en el Principado, que la Federación Nacional ha dado en llamar «modelo Asturias», se está exportando a otras comunidades por sus buenos resultados.

-¿Qué lo distingue?

-Realizamos campañas de publicidad, jornadas de formación, contamos con 150 delegados en toda Asturias, movilizamos a instituciones...

-Asturias presume de cifras altas de donación.

-En el ranking nacional estamos en los puestos de cabecera y en donación de tejidos y órganos, a la cabeza de Europa. Sin sangre no hay trasplantes ni medicina. Una donación permite aliviar a tres enfermos.

-¿La sangre es insustituible?

-Sí, y por lo que dicen los expertos eso no va a cambiar. Cada vez se necesitará más por las cirugías agresivas, los accidentes, las terapias contra el cáncer... En Asturias, el banco de sangre necesita entre 200 y 250 bolsas al día para autoabastecerse.

-¿Y lo hace?

-Sí, y a veces acudimos en apoyo de otras comunidades. También ha ocurrido al revés.

-Las unidades móviles para la donación debieron resultar sorprendentes.

-La primera unidad móvil la donó el Banco Herrero gracias a la intervención de Jaime Álvarez-Buylla, que entonces ocupaba la presidencia de la Hermandad. Era un autobús más pequeño que los de ahora. Aquellos primeros autobuses se decoraban con fotos de jóvenes, para animar a donar, y el instrumental, a veces, se sujetaba con alambres. Con el tiempo hemos llegado a tener tres autobuses y otros vehículos auxiliares. La mayoría de la sangre procede, con mucha diferencia, de las unidades móviles.

-¿Y donan más en los pueblos o en las ciudades?

-Pues en los pueblos. La gente se conoce más, la sensibilidad está más a flor de piel, la comunicación es más humana y fluida y la promoción llega mejor: el Alcalde saca un bando, el párroco lo recuerda desde el púlpito...

José Antonio Martínez Allende

(La Foz de Morcín, 1935).

Fue alcalde de Morcín entre 1968 y 1976.

En 1993 asumió la presidencia de la Hermandad de Donantes de Sangre del Principado, responsabilidad que afrontó hasta el pasado enero. La Hermandad reconoció sus años de dedicación nombrándolo presidente de honor.

Es fundador y primer presidente de la Federación de Donantes del Principado.

Hoy, a las 2.30 horas, en el restaurante Lobato, recibe el homenaje de sus compañeros.

«Las hermandades de donantes nacieron para luchar contra el mercado negro de sangre»

«En los pueblos donan más: el Alcalde saca un bando, el párroco lo recuerda desde el púlpito...»