Sobre los títulos de crédito llegué al Filarmónica, al cine de los lunes, para ver el «Sabotaje» de Hitchcock, de 1942, inspirado por Josep Conrad, colaborador necesario, con «El agente secreto», de 1907. El escritor polaco-inglés, al margen de contar la historia de un agitador asalariado, espía de Embajada, profundiza en el afecto fraternal de la mujer de éste y la fatalidad que trastorna a nacidos para una existencia normalina; Hitchcock, en su libre versión, insiste en poner de relieve la angustia del perseguido y su urgente necesidad de demostrar la inocencia por sí mismo, desamparado por las autoridades y solo entre la multitud. Si la novela es un poco folletín, la película, interesante, es a tramos cansina, de apariencia barata, con reparto poco fuerte y no bastante excéntrico y un guión mediocre. Pero, de este «Sabotaje», por una vez, no culpo a la concejalía de Cultura.