Pablo GONZÁLEZ

Los jurados que se encargarán de seleccionar las mejores recetas del III Certamen de pinchos y tapas de Oviedo comenzaron ayer la cata de las mejores recetas de cara a las finales del fin de semana. Setenta y siete de los mejores locales de la hostelería local trataron de sorprender a sus clientes a base de imaginativos bocados de menos de cien gramos. La suculenta oferta va desde galletas de maíz con crema de cabrales o compota de sidra, a palomas salvajes.

Los jurados tendrán que valorar muchos y variados contenidos. Pero sin duda el que más les costará evaluar es el del esfuerzo puesto en cada pincho y tapa por sus creadores. Dos ejemplos claros son Javier Bernardos, cocinero y propietario de la vinatería Entrevinos (calle Campoamor) y Beni Fernández, de la bodega El Viajero.

Javier Bernardos lleva más de un mes durmiendo «lo justo» para llegar a tiempo al concurso con dos ideas: un flan de foei-grass, con gelatina de agua de manzana ácida y pan de higos y pasas. Su otra creación contiene albóndigas de carne, salsa de tinta de calamar, parmesano y arroz salvaje. Casi nada. «Hay que tener inventiva, pero cuanto te metes en la película te das cuenta de que llevas tres días casi sin dormir para tenerlo todo listo», confiesa Bernardos para proseguir. «Pero todo este esfuerzo merece la pena más allá de lo económico. Es muy reconfortante ver que la gente que viene a probar tu pincho se queda satisfecha». Hasta el sábado confía en despachar unas 1.500 albóndigas y un millar de flanes.

Más información, Pág. 34