Marta PÉREZ

El 70,81 por ciento de los usuarios del área de empleo del Ayuntamiento son mujeres. Así lo reflejan los datos municipales del último año. La cifra supera la media nacional, en torno al 60 por ciento, y el porcentaje femenino de años anteriores. «Hemos ido incrementando la participación de forma paulatina», asegura la concejala de Empleo, Isabel Pérez-Espinosa. La edil considera que el elevado índice de participación femenina se debe a «que en el Ayuntamiento somos conscientes de la necesidad de estimular un cambio hacia mentalidades y actitudes que favorezcan la desaparición de los desequilibrios que impiden la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad en condiciones de igualdad respecto a los hombres, especialmente en el ámbito laboral».

Para ello el área municipal de empleo ha decidido introducir la denominada perspectiva de género en todos los programas, según explica Pérez-Espinosa, «de tal manera que mujeres y hombres dispongan de las mismas oportunidades en la inserción en el mercado de trabajo. Esto supone que, estando las mujeres consideradas como un colectivo especialmente vulnerable respecto al empleo, deben ser apoyadas principalmente de cara a mejorar sus habilidades, su cualificación profesional y su inserción laboral tanto por cuenta ajena como por cuenta propia a través de la puesta en marcha de su propio proyecto de autoempleo», expone la edil.

Del número total de usuarios de los diferentes programas municipales de empleo, 2.664 son mujeres, y 1.098 hombres. El perfil de las mujeres atendidas ha evolucionado en los últimos cuatro años. El actual es el de una mujer con especiales dificultades de inserción laboral, problemas familiares y económicos. La concejalía ha incrementado las actuaciones dirigidas a las mujeres con especiales dificultades de inserción laboral que llevan, además, asociados importantes problemas sociofamiliares y económicos», explica Isabel Pérez-Espinosa.

Por edades, las mujeres menores de 20 años usuarias de los programas municipales de empleo suelen haber abandonado sus estudios y buscan una alternativa al sistema educativo reglado; o bien son personas que, habiendo finalizado el ciclo de Enseñanza Secundaria Obligatoria o el Bachiller, buscan orientación e información sobre las opciones que oferta la formación profesional y sus salidas laborales.

Entre los 20 y los 30 años, suelen ser mujeres con cualificación profesional, licenciadas y diplomadas, en su mayoría demandantes de primer empleo, en las que se aprecia un total desconocimiento del mercado laboral y de posibles salidas profesionales a los estudios cursados.

El perfil de las mujeres de entre 30 y 40 años que recurren a los programas municipales de empleo es el de personas con bajo nivel formativo y experiencia profesional en trabajos no cualificados que han desempeñado a través de contratos a tiempo parcial y, en general, con carácter temporal. Sus intereses se centran, mayoritariamente, en acceder a un puesto de trabajo estable. También puede darse el caso de mujeres con cualificación profesional y vida familiar estable que intentan reinsertarse o insertarse por vez primera en el mercado laboral.

En cuanto a las mujeres mayores de 40 años, por lo general, se trata de personas sin cualificación profesional, cargas familiares y economía precaria, derivada de una ruptura familiar o de la situación de desempleo del cabeza de familia.