David ORIHUELA

«Venid, venid. Han llegado noticias de Madrid. Hay noticias de la Corte». Los gritos de la sociedad civil ovetense volvieron a retumbar ayer en el casco antiguo. Lo mismo que ocurrió hace 200 años, cuando los ovetenses se levantaron contra el invasor francés. Una detallada reconstrucción novelada de los hechos remontó a los asistentes a los sucesos de la mañana del 9 de mayo de 1808. Miembros de la Asociación de Recreación Histórica y Cultural de Asturias (ARHCA) y alumnos del Conservatorio Superior de Música fueron los encargados de la escenificación.

¿Llovía en Oviedo el 9 de mayo de 1808? No consta, pero ayer la mañana no estaba para teatro al aire libre. Aun así, fueron muchos los que se sumaron a los redivivos amotinados. Mientras las tropas leales a Napoleón disparaban salvas de honor en la calle Cimadevilla, el oficial de Correos Álvaro Ramos lee en la plaza del Ayuntamiento cartas de asturianos en Madrid. En ellas se narra la muerte de alrededor de 40 vecinos del Principado en los sucesos del 2 de Mayo. «Han llegado terribles nuevas de nuestros paisanos». El pueblo se solivianta y Ramos continúa su lectura: «Los franceses andaban farrucos por las calles» de la Villa y Corte. Ante él, representantes de la sociedad ovetense: el marqués de Santa Cruz; Ramón Llano Ponte, canónigo de la Catedral; Manuel María Recondo, médico y catedrático de la Universidad; María Andallón, Joaquina Bobela y Froilán Menéndez de Vigo, entre otros.

El correo lee otra de las cartas, la de Juan Nepomuceno Cónsul, que luchó en Madrid junto a Daoíz y Velarde. Él sobrevivió, pero sus noticias caldean más a los sublevados. Todo esto, que ocurrió en la calle Cimadevilla y la plaza de la Catedral, se representó ayer en la plaza del Ayuntamiento.

Poco después los miembros de ARHCA entran en la plaza del Ayuntamiento desde Trascorrales. El comandante de Armas Nicolás Llano Ponte, hermano del canónigo, desenvaina y contiene a las masas, que les tachan de traidores. «Colás, rompe esos malditos papeles y fusila a los traidores», le dice Ramón a su hermano.

Son los momentos más tensos de la algarada; Nicolás Llano Ponte, sus hombres y el tambor de la ciudad custodian a Pedro Bernardo de la Escosura, que quiere leer el bando en el que el mariscal Murat amenaza con arcabucear a todo aquel que se enfrente a los franceses. Es la primera parte de la representación que ayer sorprendió a los turistas, que pese a la lluvia inmortalizaron con sus cámaras a un grupo de esforzados actores aficionados que revivieron una parte de la historia que marcó el devenir de los tiempos posteriores.

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El alcalde, Gabino de Lorenzo; el filósofo Gustavo Bueno y el concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero -en la imagen-, descubrieron ayer una placa en la esquina de Cimadevilla y la calle Altamirano en la que se recuerda a los ovetenses que el 9 de mayo de 1808 se levantaron contra el invasor francés. La placa se colocó justo enfrente de la que hace un siglo puso también el Ayuntamiento de Oviedo con el mismo motivo.