Diana DÍAZ

En una trama con guiños históricos, donde se combinan la conspiración, el madrileñismo y lo extremeño, sucede «Luisa Fernanda», la zarzuela con la que, esta tarde, continúa el XV Festival de teatro lírico español, con el apoyo de LA NUEVA ESPAÑA. A las ocho, el Campoamor acogerá la presentación de la comedia en tres actos de Federico Moreno Torroba, con libro de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw. Las funciones se prolongarán durante mañana, el viernes y el sábado, actuando el segundo reparto en las funciones pares.

La producción de «Luisa Fernanda» que llega a Oviedo lleva desde el año 2003 dando que hablar, tras su estreno en la Scala de Milán. A través de la relación entre Emilio Sagi y Plácido Domingo, la producción ha recorrido ya parte del mundo. Una apuesta minimalista, en la que domina la sencillez y el contraste de luz, son características que han hecho de la producción -en colaboración con el Teatro Real y las óperas de Los Ángeles y de Washington-, un título especialmente exportable. Tras su paso por Oviedo, «Luisa Fernanda» hará las maletas hacia Viena.

Josep Caballé-Doménech, que se incorpora en Oviedo a la dirección musical, destacó «la calidad de las voces», que darán vida a una de las zarzuelas más representadas desde su estreno, en 1932. «Números como "la mazurca de las sombrillas" no fallan en los recitales», puntualizó el director, que dice vivir el momento más dulce de su carrera, con proyectos como el estreno mundial de «La cabeza del Bautista», de Palomar, en el Liceo; o una nueva producción de «Tosca» en la Volksoper.

A la cabeza del elenco estarán José Bros (como Javier), Javier Franco (Vidal), Mariola Cantarero (la duquesa), y María José Montiel, como la primera Luisa Fernanda. Para la mezzo madrileña será su tercera zarzuela representada hasta la «doble barra». «Me siento identificada con el género y, lo de hablar sobre el escenario, me apasiona», comentó Montiel. La cantante afirma sentir, sobre el escenario del Campoamor, «la atmósfera de siglos de música y voces legendarias». Con su papel en Oviedo, la mezzo rememora los comienzos de su carrera, cuando, a principios de los noventa, interpretó una «Misa solemne» de Rossini con el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias.

Montiel desarrolla su actividad fuera del país, aunque su interés por recuperar y promover el repertorio español y zarzuelístico es uno de sus cometidos como cantante. La mezzo considera que, además del trabajo del Teatro de la Zarzuela y de algunos directores y cantantes, «por este género podría hacerse mucho más». «Es muy moderno decir que hay que apoyar la zarzuela, pero no es, para muchos, lo suficientemente glamourosa para hacerlo».