S. S.

José Rafael Fernández Suárez, más conocido como Pipo, publicista de la agencia Brun, de la que fue director durante una década, falleció ayer en Oviedo a los 72 años de edad. El veterano publicista deja esposa, Ada Fernández Arango, y dos hijos, Carlos y Miguel. Carlos habló ayer de su padre como un hombre «muy entregado a su familia, muy profesional y muy amigo de sus amigos; agradecemos que todos se están acordando de él en este momento».

Andrés Brun -director de Brun Publicidad desde el fallecimiento de su padre, Manuel, el fundador de la agencia-, recordó ayer a Pipo como «una persona muy fiel, muy luchadora, uno de los históricos de la publicidad en Asturias», con numerosas cualidades personales y profesionales. «Era muy afable, muy relaciones públicas. Llegó a la agencia en los primerísimos momentos y se hizo cargo de ella desde la muerte de mi padre, en 1990, hasta el año 2000, aproximadamente. Yo tenía 23 años cuando empecé a trabajar y él me ayudó a formarme, por lo que yo siempre le estuve muy agradecido. Todos estamos desolados».

El funeral por el eterno descanso de José Rafael Fernández, de cuerpo presente, se celebrará hoy miércoles, a la una y cuarto de la tarde, en la iglesia parroquial de San Juan el Real. A continuación se procederá a su incineración en Los Arenales, donde está instalada la capilla ardiente.

José María Fernández Del Viso, compañero del fallecido, asegura que José Rafael Fernández Suárez «fue la mano derecha y el testigo más importante de la trayectoria del gran genio de la publicidad en Asturias durante el siglo XX que fue Manuel González Brun. La publicidad en esta región no se puede entender sin el nombre de Brun, y el hombre de máxima confianza a lo largo de su trayectoria fue Pipo». Al fallecer Manuel González Brun, «Pipo continuó junto a sus hijos, enseñándoles, porque ambos eran muy jóvenes, y manteniendo la agencia en la línea de gran empresa que tuvo en los últimos cincuenta años. Yo nunca podré a agradecerles lo bastante a ambos su comprensión, porque pude atender la invitación de Gabino de Lorenzo a entrar en su candidatura gracias a su generosidad, ya que la agencia, en los doce años que yo fui concejal, no facturó ni una peseta al Ayuntamiento ni participó en ningún concurso municipal».

A Fernández Suárez, comentó Del Viso, «le encantaba la tertulia, las peñas de amigos... Era un hombre con un gran sentido del humor, un humor muy socarrón, muy ovetense. Distinguía el trabajo, que desarrollaba con la máxima seriedad, pero en la relación humana tenía una calidad excepcional. Estar con Pipo era estar en una fiesta. Y como buen publicista que era, tenía una gran capacidad para sacarle punta a todo tipo de situaciones. Era un hombre querido, respetado, padre de familia ejemplar, amigo inolvidable y profesional que, siguiendo la escuela del gran maestro Manolo Brun, hizo que Oviedo y Asturias fuesen una referencia en el mundo publicitario español».

Rubén Suárez, crítico de arte de LA NUEVA ESPAÑA y compañero del fallecido durante años, le recordó como «una referencia fundamental en la publicidad regional, el colaborador más cercano de Manolo Brun, la figura más destacada de la publicidad en Asturias. Pipo fue un pionero, especialmente en el campo de las relaciones públicas, pues estuvo en la directiva de la primera asociación de técnicos en esta materia que dio los primeros cursos y titulaciones en esta región».

«Era un hombre entregado a su familia, muy profesional y muy amigo de sus amigos»

«Persona muy fiel, muy luchadora, uno de los históricos de la publicidad en Asturias»