Idoya RONZÓN

Un joven de 22 años aceptó ayer una condena de tres años de prisión por un incendio que provocó en octubre de 2005 en un garaje de la calle Santa Susana, que destrozó por completo cuatro vehículos, causó daños a trece y obligó a desalojar más de veinte viviendas, además de a numerosos alumnos que en ese momento asistían a clase en una empresa de formación ubicada en un local en el mismo edificio, que fue evacuada y cerrada durante varias semanas. El acusado, B. C. P., reconoció su culpabilidad, con lo que se evitó la celebración del juicio, previsto en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial.

El joven fue condenado por un delito de incendio, en el que se apreció como atenuante (de reparación del daño, como cualificada) el hecho de que avisara inmediatamente a los servicios de emergencia al ver que se propagaba el fuego. La fiscal del caso, Amparo Maíllo, pedía inicialmente una condena de diez años de prisión, aunque modificó su postura tras la confesión del acusado.

Los hechos ocurrieron a las nueve y media de la noche del 9 de octubre de 2005. El joven accedió a la primera planta del garaje Blasco, situado en el número 14 de la calle Santa Susana, provisto de alcohol y un trapo. Una vez dentro, prendió fuego a un vehículo, lo que provocó un cortocircuito y una explosión posterior. El fuego se extendió a otros coches, resultando completamente calcinados otros cuatro. Además, seis coches más sufrieron daños, al igual que otros siete que estaban aparcados en otro garaje, comunicado con el anterior.

El siniestro obligó a desalojar a los vecinos de veinte viviendas, diez de los cuales fueron conducidos al Hospital Central, ninguna por lesiones de gravedad.