L. GANCEDO

El Banco de Santander ha estado entre los primeros en poner a funcionar su maquinaria comercial para desprenderse y convertir en dinero los muchos inmuebles que el sector financiero español está acumulando por las dificultades económicas de los promotores y de los clientes particulares. La entidad que preside Emilio Botín ha empezado por ofrecer esas viviendas a sus empleados y a los de algunas otras empresas españolas con notables rebajas, del 28 por ciento en relación al valor teórico de mercado. Y entre los más de mil pisos de esa oferta figuran 14 del edificio ovetense de La Jirafa, inmuebles de lujo que, pese a los descuentos, presumiblemente están al alcance de muy pocos, sean o no empleados del primer banquero español. Las ofertas se mueven entre los 460.800 euros (76,5 millones de pesetas) del piso más barato y los 972.000 euros (161,7 millones de pesetas) del más caro.

El Santander se hizo con estas viviendas de La Jirafa en el verano de 2008, tras un acuerdo con el grupo inmobiliario Mall. La promotora liderada por Julio Fernández Noval tenía una deuda de 11,5 millones de euros con el banco, correspondientes a la financiación de la rehabilitación del edificio del antiguo hotel La Jirafa para su transformación en una exclusiva torre de viviendas de lujo que salió a la venta con unos precios considerados los más altos de Oviedo. La Jirafa, con sus 60 metros de altura y 20 plantas, quedó convertida en un bloque de 42 pisos, de entre 90 y 300 metros cuadrados, que en una parte quedaron sin vender. Se hizo con ellos Botín a cambio de la deuda de Mall.

La nueva firma inmobiliaria creada ex profeso por el Santander -Altamira Santander Real State- para colocar las propiedades embargadas o adquiridas a sus clientes en dificultades incluye los 14 pisos en La Jirafa, con superficies que oscilan entre los 110 y los 307,6 metros cuadrados. Esta última vivienda es también la más cara. Con cuatro dormitorios, su precio de mercado es, según el Santander, de 1,34 millones de euros y se ofrece a los empleados del banco por 972.000 euros, una rebaja del 28 por ciento análoga a la que, en términos relativos, se aplica al resto de los inmuebles.

Por ahora, el Santander ha limitado la oferta de esos y otros pisos a sus empleados y a los de otras compañías como El Corte Inglés, Telefónica, la tecnológica Indra, el grupo sanitario Asisa o la consultora PricewaterhouseCoopers. El propósito del banco es abrir próximamente la venta de inmuebles al público en general, a través de un portal de servicio de internet por ahora sólo accesible para los trabajadores del propio grupo y de las compañías antes citadas.

Como el Grupo Santander, otros bancos y cajas de ahorros están activando la venta de pisos y otras propiedades inmobiliarias acumuladas a raíz del abrupto final del boom de la edificación. Varias cajas, entre las que no figura la asturiana Cajastur, se han agrupado también para crear una sociedad dedicada a la gestión de esos activos.