Autor teatral, representa hoy en el Filarmónica

David ORIHUELA

Hace años un viejo profesor que murió joven le dijo a su madre: «Este es Villanueva, uno que no es un trepa». Eran los primeros años de la democracia, y Javier Villanueva, profesor de los Dominicos, era ya autor teatral. Con el paso de los años el dramaturgo aún se siente orgulloso de aquella afirmación, que aún le define. Un ejemplo es la obra «¿Y qué más te ha contado Donal?», que el autor estrenó hace 10 años en el Ateneo de Madrid y que no se ha vuelto a representar. Hoy, a las ocho y cuarto de la tarde la pondrá es escena en el Filarmónica «Teatro Pausa», la compañía que dirige también Javier Villanueva.

-¿Han sido necesarios 10 años para estrenar en Asturias?

-Lo cierto es que después de la lectura dramatizada en el Ateneo -Villanueva fue el segundo autor asturiano después de Campoamor que pisó ese escenario- estuve esperando a que me llamasen para representarla en Asturias, pero la llamada nunca llegó.

-¿Y no hubo ofertas en Madrid?

-Para hacerla en Madrid, en donde sí recibí ofertas, tenía que alargar la obra, que dura una hora y cuarto.

-¿Decidió esperar?

-Decidí esperar a que Yasmina Álvarez tuviese la edad y la madurez para representar el papel de «madame» que había nacido y vivido toda su vida en un burdel.

-Todo un detalle por su parte.

-Siempre tuve claro que Yasmina haría muy bien el papel, pero no podía poner a una cría de 20 años a hacerlo, así que esperé y ahora ha llegado el momento.

-¿Una obra de prostitutas?

-Una obra muy urbana, muy de nuestra sociedad. La prostitución la ha habido siempre, lo que ocurre es que ahora quizá tenga otras dimensiones. Yo escribo de temas sociales pero no porque los busque, son ellos los que me buscan a mí, llaman a mi puerta y tengo que ponerme a escribir.

-¿Una hora y cuarto da para contar y cerrar una historia?

-Es que no había más que contar. La historia se acaba y dura ese tiempo. La base del teatro es tener una historia que contar y unos personajes resistentes.

-¿Cómo se mantiene una compañía de teatro durante 15 años?

-Porque el teatro tiene un veneno, y cuando tienes esa picadura ya no te suelta jamás. En Asturias hay jóvenes que se acercan al teatro, gente que llega al grupo.

-¿Y espectadores?

-En Asturias la gente va mucho al teatro.

-¿Y se programa bien?

-Estamos en manos de los programadores, y hay cosas que no entiendo. A mí la Consejería de Cultura me ha dado una subvención para montar una obra y luego sólo me han llamado para representarla dos veces. No comprendo esa forma de no rentabilizar el dinero público.

-Con «¿Y qué más te ha contado Donal?» triunfó en el Ateneo de Madrid y ha sido premio «Buero Vallejo» para textos teatrales. ¿Nunca ha pensado que podría dar un pelotazo con un gran éxito?

-Hace años me ofrecieron hacer una obra para Arturo Fernández, me insistieron tanto que al final me puse a ello. Era fácil, ya que sólo consistía en ponerlo a él y a un par de tías buenas. No logré terminarlo, nunca la acabé porque sería traicionarme a mí mismo.

-Pero sigue escribiendo.

-No puedo dejar de hacerlo. Vivo para la escritura, es una pasión enfermiza.

-Y lo hace a mano.

-Tengo mis liturgias. Me apasiona ver cómo va evolucionando el folio en blanco. Cuando tengo un borrador definitivo, y puedo llegar a hacer 10 borradores de una obra, lo paso a máquina, a una Olivetti.

-¿No tiene ordenador?

-No, no. Mi ordenador es Yasmina (risas). Siempre me hace el favor de pasarme los textos a ordenador y luego me los devuelve, lo vuelvo a revisar todo, a hacer nuevos borradores y así hasta que se llega al texto definitivo que al final es la obra que se pondrá en escena.