David ORIHUELA

La plaza del Fontán es uno de los puntos neurálgicos del ocio y del negocio ovetense. Desde tiempos inmemoriales ha sido el espacio en el que se instala el mercado, los jueves y los sábados, y el rastro de los domingos. Los ovetenses acuden en masa a pasear, a adquirir productos de la huerta que traen las mujeres de la zona rural o a comprar alguna cosa en el rastro. La instalación de locales de hostelería ha convertido la plaza en lugar de cita obligada para el vermut y la sidra, no sólo de los ovetenses, sino también de los turistas que abarrotan la plaza, como se ve en la imagen.

Los vecinos de la plaza del Fontán han llegado al límite. Tras mucho luchar e intentar negociar con el Ayuntamiento han optado por la vía judicial para evitar que los establecimientos hosteleros de la plaza ocupen con sus mesas, sillas, neveras y muebles de servicio los soportales de las viviendas. La Asociación de Vecinos «Pérez de Ayala» ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra una resolución del concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, que el pasado mes de agosto abrió la puerta a los usos hosteleros de los soportales.

Los vecinos insisten en que se trata de un espacio que pertenece a los dueños de las casas y el conflicto radica en que es una zona de propiedad privada, pero de uso público. Los propietarios consideran que ese uso público debe limitarse a una servidumbre de paso, y el Ayuntamiento entiende que puede ser utilizado por los bares.

La argumentación de Ana Isabel Álvarez, abogada de la agrupación vecinal, se remonta al siglo XVIII, al texto de una disposición municipal que dice: «Que las personas que llevan en arriendo las tiendas que están baxo los soportales de la Plaza se contengan dentro de ellas, y no ocupen con mesas, banco ni otro embarazo el hueco de los soportales, ni los postes de ellos, y solamente pueden colgar algún género de los de su tráfico en las paredes de las mismas tiendas; pena de cuatro reales por cada vez...». Álvarez esgrime que «desde tiempos inmemoriales ha habido una servidumbre de paso, pero nunca una utilización de los soportales, como sucede ahora».

Ya en este siglo, en 2001, un informe de los servicios técnicos del propio Ayuntamiento de Oviedo recalca que los soportales son «propiedad privativa de uso público y, por tanto, cualquier instalación de terraza es ilegal». Es el criterio que con mucha laxitud se mantuvo hasta el pasado mes de agosto, hasta el acuerdo alcanzado entre el concejal de Urbanismo y los hosteleros para permitir el uso. «Podrán ocuparse los soportales con mesas y sillas y mostradores de servicio», dice el texto del acuerdo.

Los vecinos no entienden cómo son propietarios del alero y de los sótanos que se extienden hasta la línea de los pilares, pero no del espacio intermedio. No quieren enfrentarse a los hosteleros, no quieren cerrar los bares del Fontán, tan sólo pretenden que no se ocupe un espacio de su propiedad. Muchas puertas de desvanes y accesos a llaves de paso o de gas están en las fachadas exteriores y en muchas ocasiones con el acceso cerrado por la instalación de mesas y de sillas.

La Asociación Pérez de Ayala ha denunciado en numerosas ocasiones no sólo la ocupación de los soportales, sino incumplimientos en materia de horarios por parte de los establecimientos hosteleros. Uno de los propietarios, en Fontán 1, mantiene un litigio con un local hostelero que se instaló debajo de su casa. La cuestión está en los tribunales y a este caso se suma ahora el recurso de la asociación de vecinos de la plaza.