Esperaba que Zapatero y Rajoy salieran de Moncloa cogiditos de la mano, hermanados en Grecia (lo único), avanzando mejilla con mejilla en la reestructuración de nuestro sistema financiero, en lo fiscal, en lo del IVA, en lo de las Cajas y las cuotas participativas, con derecho a voto; de acuerdo en las medidas para la reducción del gasto y el déficit público y a partir un piñón a la hora de tomar decisiones sobre la reforma laboral, el crecimiento de la actividad económica y la lucha contra el paro. Hay quien dice que se juntaron para la foto, pero yo pienso al revés: la foto dificulta el acuerdo. Por eso, abrigo la esperanza de hayan alcanzado un pacto, aunque fuera tácito. Como todos llegamos a transigir, si no hay testigos, ante asuntos que juramos no hacer jamás, también confío en que Zapatero y Rajoy transijan en cuanto se vayan los fotógrafos.