Pablo GALLEGO

Ante una crisis económica que no acaba de remitir, los gobiernos deben tener claras sus prioridades. En palabras de Tobin Marks, premio «Príncipe de Asturias» de Investigación Científica y Técnica en 2008, deben «saber qué es lo más importante». Desde su punto de vista, uno de esos asuntos debe ser la ciencia capaz de mejorar la calidad de vida del planeta. Un «negocio», el de la investigación, en el que más allá de rendimientos políticos «los gobernantes deben saber que se trata de una inversión a largo plazo».

Marks obtuvo el reconocimiento de la Fundación Príncipe de Asturias junto a otros cuatro investigadores, por «liderar en el mundo la creación de nuevos materiales al servicio de la Humanidad». Y ése fue el hilo conductor de la conferencia que el científico estadounidense pronunció ayer en la Facultad de Química. Orientada hacia los «plásticos de alta eficiencia», Marks explicó el proceso de desarrollo y producción de unas láminas solares «de alta eficiencia y bajo coste». «Se pueden poner en cualquier parte, no tienen componentes químicos tóxicos y respetan el medio ambiente», precisó.

Para el científico, España es «líder en la producción de energía solar». Un sector que, en su opinión, será «clave», junto al eólico, en la lucha contra la amenaza del cambio climático. «Con la energía solar se queman menos hidrocarburos, carbón y combustibles fósiles, y somos menos dependientes de recursos externos», afirmó Mark. Esa especie de «libertad energética» beneficiaría a los dos mundos que conviven en el planeta. Por un lado, al conocido como primer mundo. «Los combustibles fósiles desaparecen, la población no para de crecer, e irremediablemente este aumento va asociado a un mayor consumo de energía», razona Marks. «No sólo por necesidades básicas, sino por nuestro estilo de vida». Un culto a la energía que debería enfocarse, en opinión del científico, «hacia la conservación del planeta en que vivimos». «Es algo tan sencillo como encender menos la calefacción y ponernos un jersey más grueso», ejemplifica.

Las placas solares de Marks podrían instalarse en el techo de los coches y en las paredes de las casas. Una idea que nació en un encuentro con el Ministro de Ciencia de Tanzania, «un país que quema sus bosques para obtener energía», lamenta el científico. Ahora, «al menos en Estados Unidos, hay un gran compromiso con las investigaciones que tienen que ver con la energía»», afirma. «La gente tiene que comer y tener un trabajo, pero las inversiones deben ver más allá y pensar en el planeta que queremos para nuestros bisnietos», apostilló Marks.