El arquitecto Norman Foster, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009, ha remitido hoy al Ayuntamiento un escrito de adhesión a la candidatura de Oviedo como Capital Europea de la Cultura 2016. "Apoyo plenamente a la ciudad de Oviedo y le deseo toda clase de éxitos en su candidatura a Capital Europea de la Cultura 2016. Sería un honor justo y merecido", señaló Norman Foster, que en una de sus últimas visitas a la ciudad se declaró impresionado por su arquitectura.

"Asturias", valoró Foster, "ofrece algo para todos: montañas, un impresionante litoral y, en su corazón, la vida urbana de su capital, junto con agricultura, minería e industria. Oviedo es una hermosa ciudad , con un rico patrimonio arquitectónico y magníficos espacios urbanos".

"Me sentí muy honrado de visitar Oviedo el año pasado para recibir el Premio Príncipe de Asturias a las Artes. Éstos son premios internacionales importantes, que reconocen los más altos logros en el campo cultural y científico y además demuestran el liderazgo del Principado en la promoción y celebración de la excelencia. Apoyo plenamente a la ciudad de Oviedo y le deseo toda clase de éxitos en su candidatura a Capital Europea de la Cultura 2016. Sería un honor justo y merecido.", añadió.

El jurado que concedió a Foster el Premio Príncipe de Asturias de las Artes destacó que "su obra, de alcance universal, conjuga la calidad estética, la reflexión intelectual y el diálogo entre territorio y ciudadanía, a través de un original dominio del espacio, la luz y la materia". Norman Foster, "arquitecto de la era global, anticipa con brillantez la única "polis" posible en el siglo XXI, al servicio del desarrollo sostenible y de la libertad personal y social".

Nacido en 1935 en Manchester (Gran Bretaña), Norman Foster inició con 21 años la carrera de Arquitectura, que se costeó desempeñando distintos empleos. Tras licenciarse en 1961 en la Manchester University School of Architecture and City Planning, se trasladó a Estados Unidos con una beca para ampliar sus estudios en la Universidad de Yale, donde descubrió los trabajos de figuras como Lloyd Wright y Kahn, que ejercieron una gran influencia en él.

En 1967 fundó Foster Associated, estudio dedicado al urbanismo y diseño de objetos vinculados a la edificación, con sede en Londres, desde donde ha realizado los proyectos más sobresalientes de su carrera y que en 1999 pasó a denominarse Foster and Partners. Actualmente, dirige un equipo formado por un millar de profesionales, con oficinas de proyectos en más de 20 países.

La obra que le hizo popular fue el Banco de Hong-Kong y Shanghai, en 1985, un rascacielos de cristal de 47 plantas que destaca por la funcionalidad de los espacios, la iluminación natural y el uso de la tecnología como herramienta de creación arquitectónica. En 1988 le fueron asignados en España los proyectos de construcción de la línea de metro de Bilbao (inaugurado en 1995) y de la torre de comunicaciones de Collserola en Barcelona (en el Tibidabo), que fue vital para los Juegos Olímpicos de 1992.

Norman Foster es el autor del puente más alto del mundo, que se eleva a 243 metros sobre el río Tarn (Francia) y sobrepasa en 23 metros la altura de la Torre Eiffel. Inaugurado en diciembre de 2004, está considerado el primer gran proyecto del siglo XXI.

Entre sus últimos trabajos se encuentran la torre de la sede central de la Hearst Corporation en Nueva York, el rascacielos de Caja Madrid en la capital de España y la pirámide destinada al diálogo mundial entre las religiones en Astana, la nueva capital de Kazajistán, así como la construcción del mayor aeropuerto construido hasta ahora, el de Pekín, emblema de la China olímpica. Su obra se expone en las colecciones permanentes del MOMA de Nueva York y del Centro Georges Pompidou de París.

Casado con la española Elena Ochoa, posee el título nobiliario de Lord Foster of the Thames Bank desde 1999 y, entre otros honores, la Medalla de Oro del Real Instituto de Arquitectos Británicos (1983); el Premio Mies van der Rohe (1992); la Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos (1994); el Premio Pritzker (1999); el Premio Auguste Perret (2002); el Praemium Imperiale (Japón, 2002), el Premio Stirling de arquitectura (2004), el más importante del Reino Unido; y el Madrid Creatividad (2006). Europa Press