Asturias no puede soportar por más tiempo a Areces, un presidente que lanza el proyecto del Palacio de Justicia en el Vasco y permite que se lo torpedee, de un lado, su socio en el Gobierno, IU, y, de otro, un destacado militante del PSOE, como es el ex presidente Juan Luis Rodríguez-Vigil.

Por cierto, Vigil, después del Petromocho, debería abstenerse de opinar salvo sobre asuntos de inquisición y brujería, que son su especialidad.

Vigil es abogado y debería ser consciente de la opinión generalizada de la judicatura asturiana a favor de la opción del Palacio de Justicia en El Vasco.

Areces ha perdido su autoridad y en esas circunstancias lo razonable es dimitir. o si no, expulsar del Gobierno a IU por ir en contra de los proyectos del propio Gobierno. Ni una cosa ni la otra.

Hay un denominador común entre la posición de IU y de Vigil, de la que Areces se hace gustoso cómplice con su debilidad y con su incapacidad para cumplir sus compromisos en este asunto; a saber: perjudicar a Oviedo. Estoy seguro de que si el Palacio de Justicia se fuera a hacer en Gijón, ni IU ni Vigil dirían ni palabra.

Todo vale con tal de perjudicar a Oviedo, que necesita ese Palacio de Justicia al servicio de Asturias.

Ademas, todos los proyectos de Oviedo actualmente en ejecución tienen problemas: el HUCA, el Bellas Artes, el Arqueológico, los accesos a la ciudad..., y los que todavía no se han comenzado se trata de dinamitarlos en esta fase previa, como el Palacio de Justicia. Por ello, precisamente, se atreve Vigil a ir en contra de un proyecto de Areces; porque así, Vigil simpatiza con la línea de fuerza principal del socialismo asturiano: negarle a Oviedo todo.

No se nos olvidará a los ovetenses cuando toque votar.