Haya o faya, es árbol de gran porte, corteza lisa y color ceniciento; con su madera se prepara excelente carbón vegetal, empleado en medicina para absorber gases pútridos y combatir meteorismos y flatulencias; mascadas las hojas aprovechan en las dolencias de encías y de labios. Es su fruto, el hayuco, grato a los ratones, a las ardillas y a los lirones. Existen fayas, como la «Fagus sylvatica», que no son exactamente de hoja caduca, tampoco perenne, sino marcescente, es decir, tras haber finalizado el período vegetativo cambian de color sus hojas pero permanecen en las ramas durante toda la estación fría, hasta la salida de las nuevas hojas, o sea, no dejan al árbol desnudo y solo; lo mismo que el Cid, ganan batallas y primaveras después de muertas. Así, nuestros jubilados marcescentes tendrán que mantener a sus vástagos hasta que salga el sol por El Escamplero.