Sin entrar a valorar la oportunidad política o las prioridades del Gobierno en materia de inversiones en el momento actual, cabe, sin embargo, hacer algunas precisiones respecto al proyecto de un Palacio de Justicia de Oviedo. Siempre resulta cómodo -y gratis- hacer cálculos del valor de las cosas mirando por encima de la valla de la obra. Pero cuando uno tiene la responsabilidad de ofrecer a la justicia asturiana una sede digna no sólo de los Juzgados, sino, y muy especialmente, de los ciudadanos, debe plantearse el debate con seriedad. ¿Queremos otro satélite en la actual constelación de edificios dispares y poco adecuados que albergan la justicia? Para ese viaje, mejor no llevar alforjas. Es decir, mejor no gastar nada y dejarlo todo como está. En este caso, permitiremos que la justicia siga arrastrando sus acuciantes y al mismo tiempo añejos problemas de espacio y organización que se han venido parcheando mal que bien. Pero, ojo, si no le ofrecemos los medios adecuados, ahora o en el futuro, sería injusto que nos sigamos quejando de su mal funcionamiento, en buena parte originado por la falta de esos mismos medios.

No entro, insisto, a opinar sobre las prioridades de este Gobierno. De lo que estamos hablando es de proyectar una sede que en algún momento acabe con la dispersión y presión espacial que actualmente padece todo el aparato judicial, una sede que albergue la oficina judicial y que ordene, agrupe y dé coherencia física a la justicia. No cabe aquí hablar frívolamente ni de lujos marmóreos ni tampoco de supuestas opciones baratas que al final concluyen en un clamoroso desperdicio de dinero y tiempo, sin cumplir, una vez más, el objetivo.

Estoy de acuerdo en que hay que tomar la decisión con serenidad. El solar del Vasco, tal como opinan los profesionales de la justicia y los técnicos, es una buena opción, y así lo hemos defendido. Tal vez no la única, pero sí la que hay disponible hoy en día con ese tamaño, edificabilidad y centralidad. Hablamos de 80.000 metros cuadrados edificables, una superficie que sólo estará disponible a largo plazo en otros puntos de Oviedo no tan céntricos. En cuanto al precio, el proceso legal para su adquisición y la financiación, en lugar de hacer cálculos arriesgados a priori, dejemos a los expertos trabajar. Ellos dirán con cifras, negro sobre blanco, el verdadero valor y legalidad de las cosas. Después, podremos tomar una decisión que no se base únicamente en la especulación o la demagogia, sino en el sentido común.