Pablo GALLEGO

Con 97 años, Jaime Miyar sólo toma al día una pastilla para la tensión. Y la toma con sidra. «Un culín, y si pueden ser tres o cuatro, mejor», asegura. Hasta los 85 años, Jaime «apañó» la manzana necesaria para fabricar esta bebida, y mantuvo limpias sus pumaradas. Un amor por el campo que ayer fue reconocido con el premio al «Paisano del año» en la feria ovetense de La Ascensión.

El otro premio grande del homenaje, en el fin de semana que la capital asturiana dedica a las gentes del campo, fue para Mª del Carmen Fuente, de 91 años. «De la Casa Calafate» en Arlós, Llanera. Con ocho hermanos, Mª del Carmen fue poco a la escuela. Además de las faenas de al casa «había mucha labranza», rememora. «De cuentas y de leer, poco», reconoce. Pero primero sirviendo en casa de los Menéndez, en Luarca, y después junto a su cuñada Carmen, la «Paisana del Año», supo sacar adelante toda una casería.

Jaime y Mª del Carmen representaron ayer la historia viva del campo asturiano. De manos del Alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, recibieron sus títulos de Paisano del Año. También el reconocimiento del resto de instituciones que promueven este galardón: LA NUEVA ESPAÑA, representada por Alberto Menéndez, uno de sus subdirectores; Caja Rural, en la figura de Ovidio Álvarez; y Radio Nacional de España (RNE), con su jefe de medios técnicos, Luis Fernando Martínez. Con ellos estuvieron los alcaldes de las localidades natales de ambos premiados: José Antonio Noval, de Siero; y Avelino Sánchez, de Noreña.

El testigo de Jaime y Mª del Carmen lo recogieron Diego Bueno y Mª Victoria Gutiérrez, reconocidos con el premio a los jóvenes ganaderos. En la nómina de vidas de campo reunidas ayer en Oviedo se reconoció además el trabajo de Antonio Ángel Alonso, veterinario, y de Víctor González Tresguerres, ingeniero agrónomo. La flamante «Paisana», emocionada por el galardón, quiso recalcar que «en el campo trabajábamos mucho, pero no lo pasábamos mal, siempre había que comer y había unión en las familias, no como ahora». «Antes había disgustos, pero se solucionaban, ahora se separan fácil», añadió. Filosofía del campo.

P. GALLEGO

«Afecto, respeto y agradecimiento». Son tres de las ideas que el Alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, quiso transmitir a las gentes del campo reunidas ayer en la capital asturiana. La cuarta fue denunciar que, sea en crisis o en épocas de bonanza, el mundo rural está siempre «a las duras». «Deseo que haya políticas que os tengan en cuenta de verdad», señaló De Lorenzo.

A través de lo que él mismo definió como un «chiste-cuento», el Alcalde quiso subrayar el «ejemplo de trabajo, sacrificio y constancia» de «los paisanos del campo». «No conozco a nadie que haya ido a ver a un ganadero y le digan que está de vacaciones», aseguró el Alcalde.

«Yo me considero, en cierta medida, un paisano de aldea», afirmó De Lorenzo. Por eso quiso unirse al clamor del campo contra la «burbuja económica de fantasía» que, según el Alcalde, causó la actual crisis. «Os deseo salud», aseveró, «y que podáis seguir trabajando como hasta ahora». Tras los premios, el acto de los «Paisanos del Año» terminó con el «Asturias, Patria querida» y el himno compuesto para la candidatura ovetense a la capitalidad cultural en 2016.