Ovetense, nuevo doctor en Matemáticas

Javier NEIRA

Ignacio Cascudo Pueyo es ovetense, tiene 27 años, cursó la Enseñanza Media en la Ursulinas, se licenció en Matemáticas en Oviedo y ayer se doctoró, con la mejor calificación, en la Facultad de Ciencias con una tesis codirigida por Consuelo Martínez, catedrática de la Universidad de Oviedo y Ronald Cramer, catedrático de la Universidad holandesa de Leiden.

-Una tesis sobre...

-Es de matemáticas con aplicaciones a la criptología.

-Explíquelo si es posible.

-Estudio la compartición de secretos. Concretamente, una herramienta para distribuir el conocimiento de un secreto entre varias personas. La información que reciben, que no es el secreto en sí, la pueden poner en común y recuperarla cuando quieran. Pero no la puede recuperar uno solo o varios, sino todos de acuerdo.

-Cinco, seis...

-Yo estudio casos con un número elevado.

-¿Cuántos?

-En matemáticas se llega a infinito. Digamos que cien o doscientos.

-¿Qué utilidad tiene su estudio?

-Se trata de computación segura: varias personas quieren calcular algo que depende de sus datos privados pero sin revelarlos.

-Por ejemplo...

-Las pujas por internet dentro de una subasta. Varias personas quieren pujar por algo, pero no desean revelar con cuánto dinero pujan. Y, claro, quieren saber el resultado. Se puede lograr con estos procedimientos de computación segura.

-¿El término a utilizar es algoritmo?

-Para compartición de secretos se habla de esquemas, y para la computación segura se habla de protocolos.

-¿Opera con números primos, clásicos en la encriptación?

-En realidad, no. Es algo distinto de la encriptación donde lo difícil es factorizar un número grande en función de números primos. En la compartición de secretos, sin embargo, la seguridad es absoluta. Es seguro, salvo que haya un número elevado de participantes que colaboran. La seguridad no depende, pues, de la dificultad de factorizar un número.

-¿Cómo se podrían sortear las cautelas?

-Con un número grande de participantes maliciosos, que es el término que se usa, que colaborasen entre ellos.

-¿Cuál es el porcentaje crítico?

-Eso es lo que estudio en concreto.

-La Biblia enseña que cada doce hay un Judas.

-Para un número pequeño de participantes, menos de un tercio del conjunto no puede lanzar un ataque efectivo. Para un número grande, baja el porcentaje. Hay otras técnicas que permiten tener seguridad para ciertos porcentajes pero son menos eficientes.

-¿Terreno abonado para los espías?

-Sirve para computaciones seguras, pero no para cifrar mensajes. En esos protocolos se supone que la comunicación ya está cifrada. La seguridad es sólo respecto al protocolo. En una puja, por ejemplo, se evitaría saber los datos de los demás. Lo que cuenta no es tanto el mensaje cuanto el resultado de las computaciones y la privacidad de los datos que tiene uno. Se supone que los cifrados son seguros gracias a otros métodos.

-Luego más que para espías es para casinos.

-Sí, para casinos on line. O también para votaciones electrónicas.

-¿Cómo?

-Bueno, es complicado, requiere el concurso de autoridades en el proceso, y que cada cual tenga constancia de que su voto ha sido computado. Lo que protegeríamos es el número de votos de cada partido, que no se alterase, y sin revelar el voto particular de cada ciudadano. Se supone que los votos están bien cifrados, pero en la computación podría haber una fuga de información. Pronto votaremos «on line» gracias a las nuevas técnicas de computación segura.

-¿Se están empleando ya en algún sitio estas técnicas?

-En las subastas de remolacha de Dinamarca usan las matemáticas de compartición de secretos que estudio.

-A ver.

-Los granjeros de Dinamarca quieren vender la remolacha a un precio, y los compradores a otro. Hay varios precios y se quieren calcular resultados sin que se revele lo que ofrece cada uno en concreto.

-¿Protege el mercado o lo enrarece ocultando información?

-Lo protege porque evita detalles no deseados. Aparte está la seguridad informática contra los «hackers».

-¿Qué va a hacer ahora?

-Empiezo un contrato posdoctoral en el CWI, en el Centro Nacional de Investigación en Matemáticas de los Países Bajos, con sede en Amsterdam. Serán tres años.

-¿Fuga de cerebros?

-Es un centro importante y por otra parte aquí es difícil lograr las acreditaciones. Hasta ahora estuve en Oviedo con una beca del Ministerio en el grupo de álgebra, codificación y criptología de Oviedo. Hice también tres estancias en el extranjero.