Además de un enclave completamente rural a escasos metros del Cristo, con un frondoso bosque y fauna salvaje, como raposos y jabalíes, en Vega se guardan otros valores que los vecinos quieren preservar. Entre ellos, destacan la vinculación histórica de la zona con una de las fiestas tradicionales más antiguas de Oviedo, el Martes de Campo. «Aquí está el prao donde se celebraba originalmente el Martes de Campo, tras la romería que llegaba hasta la capilla de Santa Ana de Mexide. Con el nuevo plan que pretende impulsar el Ayuntamiento, en ese prado se van a hacer edificios de hasta seis plantas», destaca José Enrique Menéndez.

Los vecinos piden que se mantenga la ordenación actual, que prevé viviendas unifamiliares, «o se concentre la edificación en altura hacia la zona del Cristo, donde ya hay edificios».