Decano de la Facultad de Derecho

Chus NEIRA

Los alumnos de primero de las distintas facultades de la Universidad de Oviedo estrenarán hoy los nuevos grados que ha traído el modelo Bolonia. El sistema de clases más personalizadas, que exigiría más recursos, llega en un momento de crisis, y la situación se agrava al dispararse las matrículas. Una de las facultades que más sufre este repunte del alumnado es la de Derecho. Su decano, Ramón Durán, no duda en reclamar un límite a los alumnos de nuevo ingreso si se quiere, explica, mantener la calidad en la educación superior.

-¿Es tan dramático el panorama para el nuevo curso?

-En Derecho el crecimiento de los alumnos de nuevo ingreso es muy importante, por diversas circunstancias. Primero, porque en tiempos de crisis se busca la formación, estudios seguros orientados al empleo público. Y ahí destaca Derecho. Siempre pensé que el número lógico eran 250 alumnos nuevos, que con nuestros cinco grupos te permite hacer clases de cincuenta. El escenario es que van a pasar de 400 y con Bolonia, que es un proceso que implica una atención más personalizada, eso, con cinco grupos en primero, es imposible. Tengo que decir que felicito a los poderes públicos por su sensibilidad con este asunto. No en vano, el consejero Herminio Sastre lo ha vuelto a destacar recientemente y la Universidad siempre ha mostrado interés por resolverlo.

-¿Con númerus clausus?

-Considero exagerado un númerus clausus excesivo, pero uno razonable traerá beneficios. Nos permitirá dar una educación de calidad, acompasada, adecuada a Bolonia. Porque la estructura actual no da para más, hemos llegado a una situación de colapso.

-¿Qué es excesivo y qué razonable?

-La Universidad le cuesta una cantidad no pequeña a la sociedad asturiana y, por tanto, hace falta un análisis de responsabilidad social para limitar el acceso. Pero si por cuestiones de integración profesional tenemos cupos en Medicina, por qué no reducir en otros estudios más generalistas. Estaremos ofreciendo calidad cuando la matrícula de primero se aproxime a 250 para cinco grupos. Más alumnos supondrá que se perderá calidad. También hay que pensar que nadie se plantea que en Secundaria pueda haber cien alumnos por aula. ¿Por qué no se hace esa reflexión en la Universidad? Es cierto que hay que ser prudentes porque tenemos una única Universidad en una comunidad uniprovincial, y somos un servicio público, no somos los dueños de la Universidad y no somos quien para restringir el acceso a la educación de nuestros jóvenes. Pero si queremos darles calidad, o reducimos el número o parco servicio hacemos a la sociedad.

-¿Cuántas familias tendrán que mandar a sus hijos fuera con ese cupo?

-La responsabilidad social te obliga, más en Asturias, por lo que he expuesto antes, a no ser demasiado restrictivo, pero los servicios públicos no pueden empobrecerse demasiado. No todos se marcharán fuera porque hay titulaciones descompensadas. No todo va a ser Derecho y Economía. Igual los alumnos lo que tienen que hacer es cambiar el perfil de sus estudios. También es cierto que hay muchos alumnos en la rama jurídico-económica que no son vocacionales. Por eso digo que hay que buscar un número razonable.

-¿Cuándo empezó Derecho a ganar alumnos?

-Cuando llegó este equipo decanal a la Facultad habíamos tenido un descenso mayúsculo. Habíamos pasado de los mil alumnos históricos en primero a unos doscientos. Era un número un poco escaso. Fuimos mejorando y llegamos a 250. Esos eran los que podíamos asumir. Luego llegamos a 280 y el año pasado, a 380 en primero. Que la Universidad pierda alumnos no tiene por qué ser malo. Un joven no está destinado forzosamente a realizar estudios que no lo interesan.

-Da la impresión de que la Universidad se queja siempre, cuando pierde alumnos y cuando los gana.

-Si el crecimiento de la matrícula fuera lineal, equilibrado, no tendríamos derecho a quejarnos, pero en el escenario en que se implanta Bolonia vamos a tener problemas. Y si, además, el nuevo ingreso crece hasta en un cincuenta por ciento en algunas titulaciones, ya es preocupante. Desde Derecho, desde luego, se va a responder al reto. Pero la pregunta es si queremos dar un servicio de calidad. Si no crecemos en profesorado y aulas, habremos colapsado, como ya ha pasado. Me llama mucho la atención escuchar al presidente regional eso de que donde haya cuatro chavales habrá una escuela. No escucho lo mismo, que anuncie más profesorado cuando la matrícula de primero supera los cuatrocientos alumnos.

-¿Cuál es el problema con Bolonia?

-Según nuestra normativa, los grupos para clases teóricas no pueden ser más de ochenta. Para las prácticas son grupos de cuarenta, dividiéndolos en dos. Y para las tutorías son veinticinco alumnos, y ahí ya no tendríamos aulas suficientes. Hay que tener en cuenta que las universidades compiten entre sí en los rankings de calidad, y una Universidad masificada tiene los peores índices.

-¿Qué le parece que los recortes afecten también a la enseñanza superior?

-Siempre se dice que el gasto social no debe ser recortado, y eso incluye sanidad y educación. El Principado tendrá la Universidad que quiera tener. Si apuesta por la formación superior, tendrá una buena; y si recorta, perderá calidad. A mí me asustan esos recortes que se aplican de forma lineal a todos. Cuando los políticos meten tijera a todo por igual no están ejerciendo su función, que es la de seleccionar el gasto. El recorte a todo por igual es la peor política imaginable.