D. O.

-¿Ha aumentado el consumo de drogas de diseño en los últimos años?

-La percepción general es que sí, pero los datos dicen que no hay tanto consumo de alucinógenos y éxtasis como de alcohol, cannabis y cocaína. Las encuestas arrojan un resultado preocupante, y es que el 30 por ciento de la población entre 14 y 18 años se ha emborrachado en el último mes.

-¿Qué consecuencia puede tener esa práctica?

-Pues que en 20 años tendremos una gran población de cirróticos.

-¿Y de personas con problemas mentales, por consumo de drogas?

-No soy médico y no puedo responder a esta pregunta.

-¿Cómo se debe afrontar esta situación?

-Con datos, y hablando con las criaturas. Las organizaciones como Proyecto Hombre o Cruz Roja, que están a pie de calle, son fundamentales en este proceso.

-¿Cómo se puede evitar que el consumo de alcohol esté bien visto socialmente?

-Tampoco es que esté bien visto, pero no se ve como algo malo. El problema es que cómo les decimos a los jóvenes que no beban cuando todas nuestras fiestas y celebraciones giran en torno al alcohol. Es un producto social, y lo que hay que hacer es fomentar otras conductas sociales.

-¿Cómo?

-Volvemos a lo del deporte. Igual es más efectivo ofrecerle a un chico la posibilidad de practicar un deporte que decirle lo malo que es beber. Hay que convencerles de que no necesitan emborracharse para afrontar las relaciones sociales.

-¿Y se puede hacer, se pueden obtener resultados positivos?

-Yo soy optimista por naturaleza, pero hay que afrontar el problema, porque es muy serio.