El fado es una canción melancólica, en la que el sentimiento prima sobre otras cuestiones. Una música que, según los expertos, no sólo sirve para provocar placer estético o artístico, sino también para solucionar problemas médicos, concretamente, psiquiátricos.

Así quedó demostrado ayer durante el acto «El fado y la psiquiatría. Psicopatología del saudade», un compendio de música, literatura y medicina que se celebró en el Colegio de Médicos de Oviedo, organizado por la Sociedad Asturiana de Psiquiatría y la Asociación de Escritores de Asturias.

Se trató de una suerte de sesión clínica teatralizada en la que Ángel García Prieto, psiquiatra y experto en fado, acompañado de su colega Carlos Ranera Frauca pusieron la parte médica. Los actores aragoneses Alfonso Desentre e Inma Oliver fueron los encargados de representar la sesión, en un encuentro entre médico y paciente.

La tercera pata de este peculiar tratamiento estaba en la voz y el sentimiento de la cantante gallega Susana Germande, que interpretó varios fados mientras una voz en off narraba la evolución de la sesión y del paciente.

El salón de actos del Colegio de Médicos de Oviedo fue el escenario elegido para demostrar que la música puede tener mucho de curativo, especialmente cuando se trata del fado, esa canción tradicional portuguesa llena de sentimiento, que llega a lo más profundo de la psique, precisamente donde habitan algunas enfermedades mentales.

La sesión coincide en el tiempo con el primer ciclo «Noches de fado», que con el subtítulo de «Divas» trae a Oviedo a tres de las mejores fadistas del momento. Ana Sofía Varela será la encargada de cerrar el programa con su concierto del próximo día 11 en el Filarmónica.