David ORIHUELA

Federico Granell ya tiene su regalo de Navidad. El artista (Cangas del Narcea, 1974) inaugura el jueves la exposición «Somnum» en la galería Doradiamanti, en la romana Vía del Pellegrino. Granell regresa como artista a la ciudad en la que se formó durante un año (2001) gracias a una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores. El pintor está montando su nuevo estudio en Oviedo, la «fábrica» de su nueva obra, para la creación de esos espacios abiertos con personajes que tanto caracterizan los cuadros de este cangués afincado «desde siempre» en Oviedo.

-¿Qué significa exponer en Roma?

-Un sueño, una experiencia genial porque es una ciudad a la que le tengo mucho cariño. Cuando estudié allí hice una pequeña exposición con una compañera de clase, pero ahora es muy distinto, es una exposición individual en una ciudad llena de arte y de historia. Es un paso de gigante.

-¿Le gustaría exponer en otras ciudades?

-Me encantaría hacerlo en Nueva York o Londres.

-¿Cómo ha llegado su obra a Roma?

-Pues en un viaje que hice me estuve pateando galerías para dejar un dossier y varios catálogos. Lo difícil es dar con la galería adecuada en la que encaje tu obra.

-El año pasado ganó el premio de pintura de la Junta General.

-La verdad es que llevo una racha bastante buena desde hace dos o tres años. El premio de la Junta es un empujón muy grande que te lleva a estar más metido en tu trabajo y a plantearte nuevos proyectos más interesantes.

-¿Y da miedo?

-Miedo no, respeto. En el premio de la Junta me habían seleccionado varias veces entre los finalistas, y al final lo gané el año pasado.

-¿Y cuáles son esos nuevos proyectos?

-La última exposición ha sido con paisajes nevados y la próxima será con obras inspiradas en un valle glaciar que tuve la suerte de visitar en Nueva Zelanda. Intento que cada exposición sea un paso adelante, o al menos un paso distinto. Siempre se reconoce que se trata de una obra mía, pero procuro explorar nuevos campos.

-En todas sus obras aparece al menos una figura humana.

-Es que el paisaje vacío me transmite ansiedad, y creo que la figura humana le da calidez y vida.

-¿Y sus personajes?

-Siempre trabajo con fotos. Hago fotografías y luego esa imagen evoluciona hacia la pintura. Hago un análisis de la foto y de todo lo que quiero transmitir.

-¿Sería capaz de hacerlo sin fotos y sin visitar los escenarios?

-No. Me gusta trabajar con lo que conozco y con lo que siento.

-Esos personajes se sitúan habitualmente en grandes espacios vacíos, ¿por algo en especial?

-Nunca me lo he planteado, los colores y los espacios son algo que surge, no es premeditado.

-¿Y las sombras de esos personajes que se ven en los cuadros?

-Creo que aportan vida, si le quitas la sombra le quitas el punto de realidad que tiene el personaje.

-¿Qué presentará en Roma?

-Les gustó mucho la obra que estuvo en la galería de Gemma Llamazares, en Gijón. Además llevaré una instalación, un hombre elevado sobre unos hilos de fibra óptica iluminados.

-¿Y qué quiere decir con esa instalación?

-Es la representación de un sueño, de uno de esos sueños en los que tienes sensación de ligereza, de levitar, y en los que ves las cosas desde otro punto de vista. Además, estará en una sala casi a oscuras, con lo que tiene una mayor sensación de sutileza y de misterio.

-¿Próximos proyectos?

-Estaré en Roma del 16 al 30 de este mes y coincidirá con otra exposición que tengo en Tarragona. Espero que el año que viene se al menos tan bueno como éste.