Ch. N.

De la renovación de la imagen de Cajastur a los colores de Emulsa o las aplicaciones de imagen de HC, el diseño de Paco Currás es, también, un recorrido por Asturias. Su obra está desde ayer instalada en el hall de la Escuela de Arte de Oviedo como exposición inaugural de trabajos de estas jornadas de Motiva.

Currás, complacido ayer en la inauguración de ver todo su trabajo junto, «lo que tengo en el ordenador», bromeaba, admitía también sus reparos a la hora de exhibirse de esa forma. «Porque los diseñadores», explicaba, «somos más de oficio que de artistas, nos dedicamos a resolver problemas de comunicación».

Su presencia en Motiva es motivo de orgullo, porque las jornadas, resumió, tratan de «promocionar el diseño». Se trata, insistió, de hacer ver que los diseñadores gráficos son «herramientas para las empresas, que sepan cómo utilizarnos» y que se pueda solucionar así el problema de un grandísimo número de diseñadores que cada año salen de la Escuela ante un número no tan grande de casas que requieren los servicios de un diseñador.

Cuestiones a las que se puede dedicar en la actualidad Currás como «asistencia técnica», «mantenimiento de marca» o «externalización del servicio» son difíciles de explicar a los clientes potenciales. La situación, con todo, ha mejorado desde los inicios, épocas en las que «ibas prácticamente con tus dibujitos, ofreciendo algo artesanal que el empresario no sabía muy bien cuánto iba a costar y cómo iba a salir».

Hoy, superadas las revoluciones tecnológicas, el diseñador gráfico tiene más certezas ante sus clientes, pero el diseño sigue siendo, concluye Paco Currás, «un árbol con muchas ramas». Motiva tiene que podar y mostrar la belleza natural.