Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Una nueva figura se ha incorpora al catálogo de esculturas de la ciudad, un diseño cedido por Santiago de Santiago al Ayuntamiento en abril del año pasado. «La bailarina», que así se llama, mantiene el equilibrio desde ayer en una esquina del Campoamor y coquetea, a muy escasa distancia, con el «Culis monumentalibus», de Eduardo Úrculo, y «Esperanza caminando», de Julio López. El escultor entregó el diseño y el Ayuntamiento se ha gastado en su fundición casi 30.000 euros.

«La bailarina» representa a una mujer ejecutando un paso de danza, una impresión de ligereza que el escultor se ha propuesto transmitir utilizando el bronce pulido como material. La escultura pesa 165 kilos y mide 2,35 metros de alto y aproximadamente 70 de ancho. Está instalada sobre el recrecido que se hizo en la calle Diecinueve de Julio para salvar el desnivel con la entrada de la sala de exposiciones de los bajos del Campoamor y para habilitar una rampa de acceso. Ahora, a modo de peana, se levanta sobre ella «La bailarina».

Santiago de Santiago ya tiene otras dos obras por las calles de Oviedo: «Mavi», en la plaza Longoria Carbajal, y «Amigos», en la plaza Juan XXIII. Ayer, el escultor abulense viajó a Oviedo y supervisó personalmente la colocación de su escultura, eligiendo su orientación.

La pieza fue fundida en Madrid por la empresa Bronces Artísticos y fue trasladada ayer mismo por la mañana a Oviedo por carretera. Quedó pendiente, para completar su instalación, reponer los ladrillos levantados para asentarla fijamente al hormigón y colocar una placa en la que se leerá el nombre de la obra y el de su autor.

«La bailarina» de bronce de Santiago de Santiago se ha incorporado a la extensa relación de obras escultóricas repartidas por las calles de Oviedo y con las que el Ayuntamiento se ha empeñado en transformar su casco urbano en «un museo al aire libre».