L. S. NAVEROS

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El Ayuntamiento de Oviedo dio ayer luz verde en la Comisión de Economía a la modificación de la ordenanza que regula las tasas de las terrazas permanentes de hostelería, para reducir a la mitad su coste. La iniciativa estará ahora un mes en información pública y, posteriormente, recibirá la aprobación definitiva, de forma que, según estima el equipo de gobierno, entrará en vigor el próximo 1 de julio.

Hasta ese momento, los hosteleros pagarán la tasa habitual, que cambia según sean más o menos céntricas y comerciales las calles en las que se ubiquen las terrazas, ya que «la rebaja no puede aplicarse de forma retroactiva», según señaló ayer el concejal de Urbanismo y Licencias, Alberto Mortera.

El Ayuntamiento espera que con la modificación de la ordenanza fiscal «se regularicen cerca de un millar de establecimientos hosteleros que de hecho ya han sacado sus mesas a la calle, con la entrada en vigor de la ley contra el tabaco».

«Ahora estamos ya en la temporada de las terrazas de verano, estamos seguros de que con la nueva ordenanza muchas se mantendrán de forma permanente después de San Mateo, uno de los objetivos que perseguimos, pues pretendemos que los fumadores tengan lugares dignos en los que estar», añadió el concejal.

Mortera destacó tras la Comisión de Economía que el PP «se quedó solo» en el impulso a esta medida. «No hemos contado con el apoyo del PSOE, que una vez más ha desmentido con hechos sus anuncios de rebajas fiscales», criticó el concejal popular.

Por su parte, la candidata del PSOE a la Alcaldía de Oviedo, Paloma Sainz, se comprometió ayer a conciliar la música en directo en Oviedo con los derechos de los vecinos afectados.

Sainz considera que el problema para autorizar conciertos está en la falta de voluntad política y no en la normativa. Los socialistas ovetenses se comprometen a crear una licencia específica que permita a los locales que actualmente cumplen con los requisitos previstos para música amplificada organizar conciertos; a habilitar una licencia de música ambiental para cafeterías que posibilite la realización de actividades culturales dentro de los límites de sonido adecuados a estos negocios, y a promocionar un circuito de locales que ofrece música en directo en Oviedo.

Intérpretes, seguidores de la música en directo y los dueños de locales de conciertos pasearon ayer en andas, desde el paseo de los Álamos hasta las puertas del Ayuntamiento, una enorme guitarra eléctrica y sobre ella la inscripción «Descanse en paz». A pesar de ello, la marcha reivindicativa, a favor de la música en vivo en los bares, distó mucho de ser una procesión fúnebre. Todo lo contrario, se convirtió en una fiesta callejera que arrastró simpatizantes a medida que avanzaba por el casco antiguo. Al acabar, en la plaza de la Constitución se habían congregado cientos de personas, exigiendo al Alcalde y a todos los grupos municipales que hagan «sonar» Oviedo.

«Por un Oviedo vivo y en directo» era el lema de la pancarta que encabezaba la manifestación y que coreaban los participantes en ella a cada paso. Había representantes de grupos como «Avalanch», «Los Ministros», «FMM», «Losone», Jorge Otero, «Delagua» o «Los Faquires de Fitoria». A su paso, cortaron el tráfico en la calle Santa Cruz y ante el Ayuntamiento, al que llegaron por Suárez de la Riva y Magdalena, la hostelera Yolanda Lobo, a modo de portavoz, reivindicó el talento y la vitalidad que, dijo, Oviedo tuvo y perdió en los últimos años. El candidato a la Alcaldía por ASCIZ, Celso Miranda, fue de los que se sumaron a la última parte de la manifestación.

Había niños, gentes de todas las edades, hasta perros, y todos con tambores, carracas, trompetas de juguete, panderetas, cantando y bailando.

Ante el Ayuntamiento, donde el gentío atacó una versión de «La bamba» con una letra adaptada a las circunstancias, Diego Díaz, miembro del colectivo SOS Cultura, convocó a todo el mundo a un debate sobre la posibilidad de constituir un consejo de participación cultural en Oviedo. Se celebrará hoy, a las siete y media, en la Biblioteca de Asturias, en el Fontán.