E. CASERO

«Rubio» y «Galán» acapararon las miradas ayer en Fitoria. Bien podían ser los guapos del barrio. Pero no, se trata de los dos bueyes de cuatro años que ayer presidieron el desfile que abrió las fiestas de Fitoria, que esta vez cumple su 63.ª edición.

Ataviados con melenas y mullías, y unos adornos rojos, las reses fueron las protagonistas de la jornada. Sin desmerecer a los grupos folclóricos que amenizaron el pasacalles en los casi dos kilómetros que separan la iglesia de Pumarín y el prao de las fiestas del barrio. En Fitoria, tenían previsto que el desfile concluyese pasadas las nueve de la noche.

A pesar de que el día invitaba a ir a la playa o a la piscina, fueron muchos los vecinos de Pumarín, niños en su mayoría, los que no quisieron perderse el paso de las carrozas. La música y los bailes de los cerca de 40 integrantes de los grupo Coros y Danzas «Ciudad de Oviedo» y Grupo Folclórico Tradicional de Fitoria, habituales en estos festejos, sirvieron para amenizar la tarde a los transeúntes. Muñeiras, xiringüelos y jotas en su mayoría compusieron el repertorio.

«Rubio» y «Galán», que arrastraban el carro que abría la parada, eran los que más ganas tenían de empezar a desfilar. Con su ímpetu, obligaron a su dueño a frenarles en más de una ocasión. La comitiva festiva incluía una carroza inspirada en las fiestas de años atrás. «Con su tiovivo, sus lanchas, la tómbola y un puesto de tiro de escopeta, recuerdan tiempos pasados», explicó Alberto González, miembro de la comisión de festejos.

Tras la marcha folclórica, a las 22.30 horas, el músico y cantante asturiano Héctor Braga dio el pregón de las fiestas. Fue la antesala de la «XI Noche folk», en la que intervinieron, además del propio Braga, «La Bandina», «Blima» y «Verdasca», y que cerró la primera jornada festiva de Fitoria.