Vivimos en precario, personas y empresas. En las jornadas «Literatura y periodismo: la ficción compartida» celebradas en Pravia, Miquel de Palol nos contó, más o menos, que tiempo ha, en el Oriente, un emir que fue condenado a la pena capital quiso saber cuándo iba a ser ejecutado; el rey le dijo que antes celebrarían una fiesta, a la que el reo debería asistir. Se celebró la fiesta en el palacio real, con la presencia obligada del emir; tras el banquete y los saltimbanquis, intervino una bailarina bellísima, que blandía en el aire una cimitarra, al ritmo de los laúdes y de su contoneo endiablado y sensual. Terminó la danza y el condenado, inquieto, preguntó al rey: «Excelente velada, pero ¿cuándo me matan?». El rey respondió: «Ya lo han hecho, la bailarina lo ha decapitado; basta con que haga usted un ligero movimiento con el cuello y la cabeza se le descolgará de los hombros y le rodará por el suelo».