Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Isaac del Rivero, que pasea sus ochenta años con la vitalidad y el entusiasmo que muchos de cuarenta querrían para sí, añadió recientemente a sus muchos reconocimientos el premio «Alfonso Iglesias» al cómic en lengua asturiana, que concede la Consejería de Cultura del Principado. Fue una distinción otorgada, con el acuerdo unánime del jurado, a su versión de la «Doña Berta», de Leopoldo Alas Clarín, de quien ya había tomado prestados antes los argumentos de «La Regenta» y «Adiós, Cordera». Este galardón es para el ilustrador colungués más sentido que otros, por lo que tiene de evocación personal.

Y es que Isaac del Rivero conoció a Alfonso Iglesias y con él comenzó a publicar sus dibujos, en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA. Corría el año 1948, Iglesias era ya el popular autor de «Las aventuras de Pinón, Telva y Pinín», y Del Rivero, un aspirante. «Llamé a LA NUEVA ESPAÑA, me dieron cita para unos días después y fui allí con mi carpeta. Estaba Alfonso y me dijo: "A ver, enséñame. ¡Coime! ¡Tán muy guapos!". "Pues a mí gústame más lo suyo", le dije. Y empecé a trabajar con él», cuenta.

Del Rivero, que en ningún otro sitio se siente mejor que ante la mesa de dibujo, se extraña de que los periódicos hayan abandonado la costumbre de publicar tiras. «Antes todos lo hacían y ahora no sé qué pasa», se plantea. «Y hay más afición que nunca, pero es muy difícil publicar, ¿dónde?», continúa. Él, comenta, lanzó «El Gomeru», una revista en la que los jóvenes ilustradores asturianos podían hacerlo.

«Dibujé en "Región", "La Hoja del Lunes", "El Comercio", "La Voz de Asturias"...», enumera, y de París se trajo la idea del «Espolique», un suplemento de tiras cómicas para encartar en los diarios. Su distribuidora quebró y Del Rivero se encontró con todo el material de vuelta, así que «cogí el coche, recorrí periódicos por toda España y conseguí que se publicara en veintitantos. No sé cómo los convencí».

Luego llegaron su biografía de Jovellanos, su adaptación de «La Regenta» y «Doña Berta», y pronto habrá más, adelanta, porque ya está trabajando en «El monte de las ánimas», de Bécquer.