Ch. NEIRA

El primer Pleno presidido por el nuevo alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, sirvió para la aprobación definitiva de los presupuestos conforme al guión de la anterior votación: abstención del PSOE, votos en contra de IU y los 18 a favor que suman PP y Foro. Pero también para escenificar un nuevo clima de aparente concordia, diálogo, buenas maneras y entendimiento. Tanto que Caunedo, en su intervención final agradeció el «apoyo» por parte de Foro, la «garantía» de las enmiendas del PSOE contempladas en las cuentas locales y hasta las IU aportaciones, «sean tenidas en cuenta o no», matizó.

A pesar de que no se tuvieron en cuenta las propuestas vecinales por ser «alternativas de gasto más que reclamaciones» en palabras del concejal de Economía, Jaime Reinares, el PP dejó la puerta abierta a estudiar las propuestas que se puedan asumir. Eso dependerá, adelantó Caunedo, de los «posibles nuevos ingresos» y de la normativa jurídica presupuestaria que aprobará de forma inminente el Gobierno nacional. En todo caso, y en alusión a una reivindicación de los vecinos de Pumarín llevada al pleno por Roberto Sánchez Ramos, el nuevo alcalde matizó que no abrirán la puerta a cualquier reclamación: «Para construir piscinas en 2012, no cuente con nosotros; podemos demostrar que no son necesarias más piscinas».

Apelaba el nuevo alcalde al espíritu que había desarrollado en su primera intervención Jaime Reinares, el de haber logrado aprobar unos presupuestos con apoyo de Foro y modificaciones del PSOE, demostrando «responsabilidad política, humildad y espíritu de atender a los ovetenses sin mirarse al ombligo». «Somos un referente», concluyó Reinares. «No defraudaremos».

Pero a pesar de que el concejal de Economía sostuvo que había pasado el tiempo de hacer política y comenzaba el de trabajar y resolver problemas, desde IU, Sánchez Ramos rechazó la muerte de las ideologías a cuenta de la crisis y defendió la bondad de «enfrentar ideas políticas y modelos de ciudad».

Ayer, no obstante, las puntos de desencuentro entre PP, Foro y PSOE fueron pocos. Cinturón Verde y las dudas sobre cómo se resolverá esa deuda de tres mil plazas de aparcamiento sin vender quizá estuvo entre lo más debatido.

El PSOE, que por otra parte se enorgulleció de «haber hecho bien los deberes en el debate presupuestario», con «rigor, coherencia y eficacia», sintiéndose «útiles y canalizando las inquietudes ciudadanas para cambiar el modelo Oviedo por uno integrador, solidario y comprometido con la creación de empleo». en palabras de Margarita Vega, pidió explicaciones sobre la compra de plazas a la sociedad recogida en el presupuesto. El PP no atendió la reclamación y vino a decir que como las plazas sin vender son municipales, renegociar el crédito y esperar a que pase la crisis es una buena receta. No para Foro. «Me permito un ejemplo exagerado», citó su portavoz, Arturo González de Mesa, para hacer una comparación con los aparcamientos de Cinturón Verde: «Mis abuelos me dejaron manzanas en La Habana, que están ahí. Ahora igual soy millonario. Pero eso... igual ahora».

Más llamativo fue el apoyo de De Mesa a la posición de Iglesias Caunedo sobre «Villa Magdalena». A pesar de que Sánchez Ramos había protestado por la falta de previsión presupuestaria para el caso de un revés judicial en la retasación del justiprecio, De Mesa rechazó la crítica -«no podemos ir contra nuestros propios actos», explicó-, aplaudió que Caunedo haya declarado que ya se ha pagado lo que los técnicos dicen que vale -«Me parecen de una lógica aplastante esas declaraciones»- y apoyó su argumento en un latinajo -«Esto es así por el principio "rebus sic stantibus"».

Caunedo se lo agradeció. Y aunque hubo alguna referencia al anuncio de elecciones -cuando Reinares habló de «devaneos y falta de decisiones prácticas»- y a pesar de que Foro protestó por la posición del PP ante los Presupuestos regionales - «ven la paja en el ojo ajeno y no ven las enormes vigas que les están dejando completamente ciegos»-, al final hubo aplausos y palmadas en la espalda para todos.