Ch. N.

Los problemas en el Colegio Veneranda Manzano y en otras zonas de Oviedo como San Lázaro y la Tenderina por la presencia de «gatos errantes» y los focos de insalubridad que, según vecinos y responsables de centros educativos afectados, se generan se pretenden resolver ahora mediante un decreto en el que se prohíbe la alimentación en las calles a los animales en puntos concretos donde se hayan detectado tales problemas.

El decreto del concejal de Gobierno de Comercio, Mercados, Consumo, Sanidad y Atención al Ciudadano, Jaime Reinares, explica que ante las denuncias registradas, y escuchadas las alegaciones correspondientes de miembros de asociaciones vecinales y de protectoras, se decide que donde se produzcan este tipo de problemas el Ayuntamiento procederá a recoger a los animales.

Según lo previsto en el decreto, se llevarán los ejemplares al centro de depósito de animales hasta el término de los plazos que la ley regional establece. Pasados ocho días hábiles, si el animal no ha sido reclamado, será considerado como abandonado y pasará a ser propiedad municipal. A partir de ese momento, el Ayuntamiento podrá donarlos a terceros, a fundaciones, tenerlos custodiados o, en casos en que los veterinarios lo estimen necesario, sacrificarlos.

En el caso del Veneranda Manzano, el decreto explica que «se evitará, por los medios posibles, que allí existan animales errantes» y que se eliminará el foco de insalubridad denunciado con la instalación de una gatera en el recinto del colegio y con la prohibición de alimentación a los gatos errantes en la zona. Ésta es una medida dispuesta en las ordenanzas municipales de convivencia ciudadana para aquellos casos en que los animales provoquen quejas o cuando se produzcan asentamientos.